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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
6
Intriga. Thriller Después de ser secuestrado, Paul Conroy (Ryan Reynolds), contratista civil en Irak, se despierta enterrado vivo en un viejo ataúd de madera, sin más recursos que un teléfono móvil y un mechero. El teléfono podría ser el único medio que lo salvara de esa mortal pesadilla, pero la precariedad de la cobertura y la escasa batería parecen obstáculos insuperables en su lucha contra el tiempo: sólo dispone de 90 minutos para ser rescatado ... [+]
14 de marzo de 2011
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Demostración "cortesiana" de que el cine español cuenta con sectores decididos a expandirse, olvidándose de tanta obra social. Amenábar cada vez está menos solo.

Rodrigo Cortés, quien fue descubierto por el público con su (genial) mediometraje '15 días', dirige 'Buried', una película que rapidamente ha alcanzado prestigio a nivel internacional. La valentía del director (obviaré el comentario fácil) hace que una vez te sientas a ver la película, ya no te levantes ni para mear, entre otras cosas porque sería difícil soltar gota. La película tiene un nervio tremendo, que se vale del sensacional montaje para ser transmitido. El claustrofóbico enfoque (más allá de la caja) de Cortés, traspasa la pantalla y te atenaza de principio a fin. Hasta ahí todo bien. Mi decepción llega cuando escucho los diálogos. Es ahí cuando la película se vuelve exagerada y la credulidad del espectador se va reduciendo. Hay conversaciones que, directamente, son de capón o colleja. No es que por separado no sean creibles, pero cuando las juntas, te das cuenta de que el mundo funciona fatal, pero incluso la ley de Murphy tiene un límite.

No sé qué término se utiliza cuando el protagonista es el único actor en un película, pero debo aprendérmelo porque algo me dice que la imitación va a ser una constante. Ryan Reynolds aporta prestigio internacional a la cinta, con una actuación bastante buena, pero a la que tildar de portentosa o alguno de sus sinónimos me parece desmedido. Su trabajo, en el que se notan la dureza y el desamparo que se tienen que notar, se ve apuntalado por un buen maquillaje y un buen uso de la luz. Sufrimiento mayúsculo bien expresado por el actor, que no llega al sobresaliente al verse mermado por un (a ratos) pedante movimiento destructivista del guión que recae unicamente sobre las espaldas de Reynolds.

Resumiendo, que es gerundio: está claro que las pretensiones pueden matarte una película o encumbrártela injustamente, con lo que lo mejor es liberarse de ellas. Sin embargo, es difícil liberarse de ellas cuando se ha hablado tanto y en tantos sitios sobre una película. Me senté esperando algo así como un chute de adrenalina (que en parte encontré) acompañado por un guión que me dejara seco o algún giro que me hiciese poner más cara de tonto de la que ya normalmente tengo por orden y gracia de Dios. Por desgracia, el 50% no acaba de satisfacerme, con lo que la nota debería ser (la mía, claro) un 5. Pero creo que también hay que premiar la valentía.
Grijander
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