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España España · L'Olleria ( Valencia )
Voto de Grijander:
3
Terror. Thriller El Cairo, 1949. Lankester Merrin ha abandonado el sacerdocio y malvive como puede gracias a su reputación como arqueólogo. Un coleccionista privado lo contrata para que robe una imagen sagrada de un templo cristiano recién descubierto en África Oriental. Cuando Merrin acude al lugar, descubre que los hechos inexplicables que rodean el hallazgo podrían tener un origen sobrenatural. (FILMAFFINITY)
22 de septiembre de 2011
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuarta película con "El exorcista" (qunita por orden de estreno) en el título que se suma a sus predecesoras en su afán de sacar pasta a costa de engañar a un espectador que, a estas alturas, ya debería saber a qué se enfrente.

Mal trabajo de Paul Schrader en la dirección. Tal vez no calamitoso, pero malo. El guion de William Wisher Jr. y de Caleb Carr toma una dirección totalmente equivocada. Si bien es de admirar que se atrevan a mostrar un inicio tan distante de la historia original, con el riesgo que ello implica, solo queda la lapidación ante semejante despropósito, viendo el resultado final. Schrader, para más huevos, se pasa la palabra terror por el forro de las pelotas y nos ofrece un desarrollo lamentable que alcanza su clímax en un final absolutamente patético, en el que a la mínima que uno tenga los dos ojos en el televisor se da cuenta de la tremenda cagada que está viendo a nivel de iluminación, montaje y caracterización. Con escasas (casi inexistentes, podría decirse) referencias a la película original, Schrader demuestra que su trayectoria como guionista (excelente) es un aval para creerse más inteligente que los demás, y decide desacreditar a la obra maestra de 1973, lo cual estoy seguro que se paga con pena de muerte en algunos países. ¿En cuáles? Ni puta idea, pero seguro que alguno hay.

Stellan Skarsgard es un gran actor, pero no escapa al despropósito que es la película. El buen hombre lucha como puede para meterse en la producción, pero da la impresión de verse superado por un desarrollo absurdo que nunca deja claro hacia dónde va. Así y todo, es capaz de sostener a su personaje. Gabriel Mann se convierte en el personaje crítica (su aspecto delata una inclinación sexual nada bien considerada bajo las cúpulas de San Pedro) y poco más. Como el resto, es solo un muñeco de cartón dentro del juego que monta Paul Schrader y del que disfruta él solo. Clara Bellar, al ocupar un papel cuya relevancia matemática es igual a cero, se sobra con un par de buenos movimientos de ojos para salir viva de la película. Lo de Billy Crawford es absolutamente lamentable.

Resumiendo, que es gerundio: otra cagada que intenta ensuciar el nombre de una de las mejores películas de terror de todos los tiempos. En pleno 2004 (se rodó entre 2003 y 2004) es aberrante que se hagan películas con un nivel visual tan bajo. El hecho de que se hagan películas como esta es aberrante, a secas.
Grijander
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