Segunda entrega de Ghost Rider después del desastre que supuso la primera a todos los niveles. Queriendo reparar lo irreparable, Espíritu de Venganza hace más profunda la herida.

Mark Neveldine y Brian Taylor, directores de la aclamada (por algunos sectores) Crank y de Gamer, también con muchas críticas favorables, intentan revivir el espíritu del motorista fantasma sin éxito. A pesar de que la película es consciente en todo momento de su patetismo (y en ciertos momentos lo explota en clave de humor), hay puntos en los que intenta ponerse seria y ahí deja ver todas sus vergüenzas. No puede buscarse un único error en Ghost Rider, ya que los problemas vienen desde el principio, pues es una película que nunca debió hacerse, pero si uno se pone a destacar dónde falla, se encuentra un guion totalmente descalabrado que se pone de cero a cien a la misma velocidad a la que hace el camino inverso, una dirección que se recrea demasiado en las posibilidades visuales de la película sin que éstas se aprovechen en ningún momento, unos secundarios construídos con mano temblorosa, una narración torpe que empuja al espectador a salirse de la película y, lo peor, un reparto de puta pena.

Nicolas Cage, actor que en cierto momento fue notable, pasó a aceptable y ahora ya es, sin duda, uno de los peores de la actualidad, deja claro que su mejor época estaba ligada a que los personajes a los que daba vida se parecían mucho a lo que es él en realidad. Después de eso, Cage ha deambulado por los cines convirtiendo a todos sus personajes en Nicolas Cage y no siendo, nunca, nadie que no sea Nicolas Cage. Suspenso también para Idris Elba dentro de un personaje arquetípico desde la cabeza hasta los pies. Violante Plácido, actriz y cantante italiana, es posiblemente la única que esté cerca de hacerlo medianamente bien. Fergus Riordan, considerado una gran promesa del cine, está nefasto por muy mal que me sepa decir eso de un crío. No obstante, al chico le vendrá de lujo la película, por aquello de que "no importa si mal o bien, lo que importa es que hablen de uno". Lamentable trabajo de Ciarán Hinds, el actor con más talento de la película sin duda, aunque no lo demuestre aquí. Johnny Whitworth, otro fiasco dentro del personaje que más recuerda a los peores errores de la primera Ghost Rider. Por último, destacar la aparición del "inmortal" Christopher Lambert, a quien ni las malas críticas ni su inexistente talento han apartado del cine.

Resumiendo, que es gerundio: que alguien detenga la escabechina que se está haciendo con Ghost Rider, por favor. Un reboot dentro de unos años, si eso, y a probar suerte, pero esto no va a funcionar jamás... y menos con Nicolas Cage, quien comparte escena aquí con Christopher Lambert. Si después de eso el mundo no ha explotado, es que los mayas se equivocaban.