La vi hace un tiempo y más de una vez, pero hasta ahora no me ha dado por escribir una crítica que esté acorde con lo que nos muestra esta locura de producción británica. Ante todo estamos frente a una cinta que prácticamente se mueve de gag en gag, algo que es realmente difícil de hacer puesto que la película puede perder el hilo de la narración central. Sin embargo, la habilidad con la que se unen las diferentes situaciones en Un Pez Llamado Wanda nos demuestra que la historia se ha mascado hasta lograr que la infinidad de momentos locos que presenta tengan relación con todo lo que vemos, sin dejar apenas cabos sueltos con los cuatro personajes que desfilan con inspiración por la pantalla.

El veterano Charles Crichton (Oro en Barras) se sitúa detrás de las cámaras, entregando un trabajo póstumo que pasará a ser una de sus grandes obras. Con conocimiento del medio y de la situación, logra congeniar la química resultante de los actores, que son quienes realmente elevan la calidad de esta comedia a un nivel superior. Claro ejemplo de esto es la obtención del Oscar a mejor actor secundario por parte de Kevin Kline (French Kiss), que demuestra la elaboración de un personaje prácticamente inolvidable (esa mezcla de mezquino pero encantador...). Pero aunque él se llevó la palma, sus compañeros no desmerecen el trabajo y el listón sigue alto con la seductora Jamie Lee Curtis (Mentiras Arriesgadas), el despistado pero afortunado John Cleese (La Vida de Brian) y el desastroso (y desastrado) asesino tartamudo Michael Palin (La Bestia del Reino). Entre todos logran crear una de las comedias más sobresalientes de los años 80 y quizás de la historia, con una trama tan loca que podría ser veraz, un homenaje serio y sincero a las situaciones más comprometidas (y las hay a patadas) donde es casi imposible no reírse. Es más, casi desde el minuto uno el espectador empieza a reír. El señor Cleese acertó casi de pleno con la escritura del guión, dotando a su criatura de agilidad de ideas a la hora de plasmar en imágenes los diferentes desaguisados en los que se meten sus personajes. Y lo bueno de esto es que logra enmascarar un poco el humor Monty Python del que es claramente deudor.

Sin lugar a dudas, esta es una comedia que todo el mundo debería ver una vez en la vida y si ya la han visto siendo muy jóvenes, volver a verla, porque se degusta incluso mejor. Por cierto, dice una leyenda urbana que una persona murió de risa en el cine mientras veía Un Pez Llamado Wanda. No sé si es para tanto, pero... Cosas locas pasan a menudo, y más al ver el desarrollo de esta divertida comedia. Nos hace felices y nos ayuda a la salud mental reír con estos locos (y buenos) actores.