Con el cine de Terrence Malick (La Delgada Línea Roja) cada espectador puede tener sentimientos encontrados con cada obra que dirige y escribe, como es el caso que ahora trato. En El Árbol de la Vida crea una obra extraña, mezcla de cine conceptual (minutos de imágenes oníricas con excelente música clásica) y puro drama ambientado en los 50. Todo dotado con una fotografía excepcional realizada por el galardonado Emmanuel Lubezki, cualquier minuto del metraje es de un visionado exquisito. Pero la gran capacidad técnica y artística se ve ensombrecida por un guión (a mi parecer) caótico, escaso y a veces sin sentido, lo que nos hace pensar que Malick se ha volcado sólo en el imaginario onírico de esta película. La presencia de Penn es prácticamente testimonial, y apenas tiene tres frases mal contadas. Brad Pitt (premio Círculo de Críticos de Nueva York al mejor actor) y Jessica Chastain llevan todo el peso de la cinta, junto al joven Hunter McCracken, pero incluso en ello, parecen perderse en el conceptualismo de la película. Es también una oda a la religión por parte de la familia católica que la protagonizan, con frases encumbrando a Dios, frases que llenan la película en muchos momentos con la voz en off de los diferentes protagonistas.
Como opinión final, decir que esta obra puede gustar o no, dependiendo del cariz desde el que se mire y si el espectador es o no, seguidor de Malick o del cine conceptual. Por eso, no puedo decir abiertamente, si es buena o mala, porque crea sentimientos encontrados para todo aquél que la visualice.