Lucy es una película de acción y ciencia ficción dirigida y escrita por Luc Besson, que narra la historia de una joven que se convierte en una superhumana al liberarse una droga experimental en su organismo. Tiene un ritmo frenético, una estética cuidada y unas escenas de acción espectaculares, pero también peca de ser poco coherente, pretenciosa y superficial en su planteamiento. La actuación de Scarlett Johansson es convincente, pero no logra salvar un guion lleno de agujeros e inconsistencias. Morgan Freeman interpreta a un científico que explica con voz grave las teorías pseudocientíficas que sustentan la trama, pero que no aporta mucho más. Choi Min-sik es el villano de turno, un mafioso coreano sin matices ni motivaciones claras. Intenta explorar las posibilidades del cerebro humano y el sentido de la existencia, pero lo hace de forma superficial y confusa, mezclando conceptos sin rigor ni profundidad. El final es abrupto y decepcionante, dejando al espectador con más preguntas que respuestas.