Haz click aquí para copiar la URL
Voto de Argoderse:
7
Comedia. Romance En Estados Unidos, durante los años 20, la "Ley Mann" prohibía que un hombre cruzara una frontera con una mujer, si no estaba casado con ella. Nicky (Beatty), un granuja a punto de divorciarse, pretende viajar de Nueva York a Los Ángeles con una rica heredera llamada Freddy (Channing). Para hacerlo sin violar la ley, convence a Óscar (Nicholson), un caradura que le debe favores, para que se case con Freddy, les acompañe durante el viaje ... [+]
30 de mayo de 2017
3 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién puede resistirse a los encantos de Jack Nicholson y Warren Beatty? Nosotros no, desde luego. Ni Stockard Channing, quien antes de ser Rizzo en Grease, tiene que aguantar a este par de granujas. Ellos son dos pillos y ella la herencia. Y juntos, claro está, son Dos pillos y una herencia, comedia dirigida por Mike Nichols (El graduado, Primary Colors).

Dos pillos y una herencia está llena de situaciones inverosímiles, esperpénticas y sí, muy divertidas. Una comedia clásica, inteligente y sencilla. El trío protagonista es el aval suficiente para lograr todo eso. Hablamos de dos leyendas del cine, como Jack Nicholson y Warren Beatty. El primero en su salsa, histriónico hasta la médula. Sus gestos son parodia pura. Saca de quicio a Beatty, quien ese papel de vividor -ay Los vividores- le viene como un traje italiano. Los dos están perfectos y funcionan al cien por cien como pareja cómica, rallando la locura.

La tercera en discordia, Stockard Channing, es el contrapunto ideal al tándem Nicholson-Beatty. La película de Nichols fue la catapulta para su carrera, que con Grease culminó. Un papel, en Dos pillos y una herencia, que le valió la nominación al Globo de Oro, gracias a ese rol de chica no tan tonta como creen sus granujas amigos. Por separado, los tres están notables y juntos regalan escenas brillantes y socarronas, perfectas para reír.

A todo ese talento personal hay que sumar el pulso narrativo de Nichols detrás de la cámara. El cineasta siempre estuvo tocado por la varita para conseguir comedias de gran calidad. Algo que sucede en esta película gracias también al buen guión de Adrien Joyce, el seudónimo de la guionista Carole Eastman. Diálogos fluidos, escenas hilarantes -ya sea en el autobús o en ese apartamento cochambroso convertido en al casa delos líos- son el punto fuerte de esta comedia muy al estilo de la época. Ambientación, decorados y vestuarios perfectos. Como la música de David Shire, cuya carta de presentación incluye La Conversación o Zodiac. A veces recordando al cine de otro grande del género como Peter Bogdanovich y Qué me pasa Doctor.

Así pues, ya no solo por conseguir el cometido de entretener al otro lado de la pantalla, Dos pillos y una herencia es la oportunidad de ver juntos en escena a dos grandes actores del séptimo arte como Jack Nicholson y Warren Beatty. Una lucha de talentos que en su estreno pasó desapercibida. Sin embargo, rescatada del baúl, la propuesta de 1975 sigue valiendo para este siglo XXI, donde se sigue echando de menos la buena comedia.

Más datos sobre esta y otras películas en el blog: http://argoderse.blogspot.com.es/
Y en Facebook: https://www.facebook.com/argodersecine
Argoderse
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow