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Voto de ag1980:
7
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46.375
Ciencia ficción. Aventuras. Drama
En el Año 10191 el desértico planeta Arrakis, feudo de la familia Harkonnen desde hace generaciones, queda en manos de la Casa de los Atreides por orden del emperador. Con ello les cede la explotación de las reservas de especia, la materia prima más valiosa de la galaxia, necesaria para los viajes interestelares y también una droga capaz de amplificar la conciencia y extender la vida. El duque Leto (Oscar Isaac), la dama Jessica ... [+]
21 de noviembre de 2021
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde hace varios años, mucho se ha hablado del nuevo largometraje de “Dune” (2021): rumores y banalidades alimentadas, eso sí, por el retraso en su estreno debido a la pandemia.
Hablamos de una película que, durante 155 minutos, se muestra, cuanto menos, soberbia. Exquisita en su vestuario, sobrio en apariencia, pero lleno de detalles que lo harán merecedor, como mínimo, de una nominación a los Óscar. Cautivadora en su fotografía, con los paisajes de planetas ficticios sobre un mar infinito o un desierto no menos grande; y es aquí, entre las dunas, donde el rojo, el amarillo, el fuego y el calor se aglutinan originando unas imágenes de hipnotizadora belleza. A esto hay que sumar la intensa y omnipresente banda sonora de Hans Zimmer, que se hace sentir durante todo el metraje, incluso en las conversaciones más íntimas, marcando con sus ensordecedores timbales y contrabajos un sonido envolvente. No habría que destacar tampoco sendas nominaciones en el apartado del sonido y de la música. No hay que olvidarse además de un reparto de lujo, que, sin embargo, apenas tiene la oportunidad de mostrar sus virtudes, debido, claro está, a lo extenso del elenco y a los pocos minutos de los que dispone cada uno. No es una película de interpretaciones estelares, aunque su protagonista, Chalamet, logra encumbrarse con su carisma de héroe en viaje de formación, a pesar de la fragilidad que exhala su rostro.
En fin, todo esto parece predisponernos ante una película de precisa y pormenorizada manufactura, donde los efectos visuales son la culminación de tanto aparato desbordante, ostentación sublime, hollywoodiense pretensión. Sin embargo, la película hace aguas de manera estrepitosa en todo lo relativo a la estructura argumental, el ritmo narrativo, el guion y los diálogos. Se trata de una película dolorosamente aburrida, con una historia que se desarrolla a trompicones, si es que en algún momento logra desarrollarse. Porque, desgraciadamente, el largometraje de 155 minutos no es más que, simplemente, una introducción a una película, de momento inexistente, que debería ser el cenit de esta producción. La primera parte, como prólogo, es tediosamente extensa, y ya los primeros 45 minutos de la película, con sus cansinas conversaciones donde los intercambios de palabras se suceden a intervalos de tres segundos entre cada interviniente, imbuyen un inevitable sopor.
Hablamos de una película que, durante 155 minutos, se muestra, cuanto menos, soberbia. Exquisita en su vestuario, sobrio en apariencia, pero lleno de detalles que lo harán merecedor, como mínimo, de una nominación a los Óscar. Cautivadora en su fotografía, con los paisajes de planetas ficticios sobre un mar infinito o un desierto no menos grande; y es aquí, entre las dunas, donde el rojo, el amarillo, el fuego y el calor se aglutinan originando unas imágenes de hipnotizadora belleza. A esto hay que sumar la intensa y omnipresente banda sonora de Hans Zimmer, que se hace sentir durante todo el metraje, incluso en las conversaciones más íntimas, marcando con sus ensordecedores timbales y contrabajos un sonido envolvente. No habría que destacar tampoco sendas nominaciones en el apartado del sonido y de la música. No hay que olvidarse además de un reparto de lujo, que, sin embargo, apenas tiene la oportunidad de mostrar sus virtudes, debido, claro está, a lo extenso del elenco y a los pocos minutos de los que dispone cada uno. No es una película de interpretaciones estelares, aunque su protagonista, Chalamet, logra encumbrarse con su carisma de héroe en viaje de formación, a pesar de la fragilidad que exhala su rostro.
En fin, todo esto parece predisponernos ante una película de precisa y pormenorizada manufactura, donde los efectos visuales son la culminación de tanto aparato desbordante, ostentación sublime, hollywoodiense pretensión. Sin embargo, la película hace aguas de manera estrepitosa en todo lo relativo a la estructura argumental, el ritmo narrativo, el guion y los diálogos. Se trata de una película dolorosamente aburrida, con una historia que se desarrolla a trompicones, si es que en algún momento logra desarrollarse. Porque, desgraciadamente, el largometraje de 155 minutos no es más que, simplemente, una introducción a una película, de momento inexistente, que debería ser el cenit de esta producción. La primera parte, como prólogo, es tediosamente extensa, y ya los primeros 45 minutos de la película, con sus cansinas conversaciones donde los intercambios de palabras se suceden a intervalos de tres segundos entre cada interviniente, imbuyen un inevitable sopor.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Pese a todo, la película parece arrancar en dos momentos perfectos: el intento de asesinato del joven heredero por una suerte de insecto robotizado y la trepidante e irrepetible escena del salvamento de un cosechador de especia amenazado por un gusano. Hay otras tantos momentos climáticos en la película, pero ninguno tan intenso como los mencionados, y, además, entrecortados ocasionalmente por las repetitivas escenas de las visiones del protagonista, que terminan por resultar agotadoras. Al final, la película termina justo cuando parece iniciarse algo, cuando sentimos un poco de interés, cuando los protagonistas parecen ya reunidos y dispuestos a prepararse para una guerra total. Ahí se acaba la película.
En fin, se trata de un prólogo de excelsa construcción técnica y fallida estructura dramática que logra impresionar con su fotografía y vestuario, abrumar con su sonido y música y aburrir, hasta la saciedad, con su falta de cohesión rítmica. Eso sí, si logran filmar la segunda parte, posiblemente, esa sí, será una obra maestra. De momento, solo tenemos una película técnicamente insuperable que arrasará con algún Oscar de segundo nivel.
En fin, se trata de un prólogo de excelsa construcción técnica y fallida estructura dramática que logra impresionar con su fotografía y vestuario, abrumar con su sonido y música y aburrir, hasta la saciedad, con su falta de cohesión rítmica. Eso sí, si logran filmar la segunda parte, posiblemente, esa sí, será una obra maestra. De momento, solo tenemos una película técnicamente insuperable que arrasará con algún Oscar de segundo nivel.