Algo extraña, enigmática y sobre todo, muy efectista cinta de intriga escorada hacia un ¿moderno? terror, acorde, digo yo, con los nuevos tiempos.
Y me estoy refiriendo a que todo se basa en los peligros de la informática, de los ordenadores y sobre todo de las páginas webs que tanto pululan por ahí y que a saber quiénes las han creado y con qué intenciones.
Menos mal que no se moraliza ni se trata de dar lecciones de ningún tipo, pero el guión no sabe sacar buen partido de los mimbres de los que disponía, ya que la trama, si hubiera estado narrada de forma más rigurosa y seria, habría estado mejor y resultar más interesante.
Así, todo queda en movimientos extraños de cámara que nada aportan al maremagnum de presuntas ideas, eso sí, convenientemente adornadas por una estridente a veces banda sonora y una fotografía que acentúa los colores chillones.
Lo mejor es la dirección artística de interiores y una puesta de escena que puede no convenza del todo, pero sí que se nota que ha habido trabajo.
En mi humilde opinión, podría haber estado mucho mejor pero se han quedado, a posta me temo, en la superficie.

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