Clark Gable hace de Marswell que es un cazador profesional establecido en el Congo.

Vemos en él a una persona diligente que se levanta por las mañanas ya vestido y de un salto presto ir a por la pantera antes que escape. Es un tío rudo, capaz de soltar un puñetazo a uno de sus hombres si durante el trabajo se pone a hacer el mono. Creo que la película nos dice mucho de él, crea un poso de su historia y de su carácter muy profundo aunque no sabemos ni como llegó allí ni por qué le dio por la vida salvaje ni nada de nada.

Ha habido muchas mujeres en su vida, eso dicen, pero ninguna le atrapó. Ford hace un sencillo relato de safari, tan en boga en pasados tiempos, muy aventurero pero sin peligros ciertos porque la temática de la película es la vida de ese Vic Marswell cazador. Ya lo dijo Carson McCullers: El corazón es un cazador solitario. O, según la propiedad conmutativa, también vale: El cazador es un corazón solitario.

La rubia que llega con su marido será la presa de ese cazador solitario. Es una mujer fuerte y está claro que está ansiosa por saborear la vida que su maridito no le ofrece (ya sabemos: en España y por medio del doblaje, al marido se le adjudicó el papel de hermano para que el cine no fuera instrumento que incitara a las casadas a que se fijaran en otros hombres). Sin lugar a dudas, ella es más leona, mucho más que Kelly (Ava Gardner), esa morena de corazón transparente que busca cobijo en un hombre. La rubia es la presa perfecta del cazador, un bombón a tiro y eso que Kelly aparece en la ducha de primeras dadas… Pero no; la rubia es el trofeo estrella.

El final, tal y como se sucede, es lo que hace grande a Mogambo. Un bonito final que dice mucho de lo que es y quiere ser un corazón solitario. Sin lugar a dudas es una gran película.