Van Damme ha tenido en el inicio una escena súper sensual y tórrida (sólo para adultos) con la guapísima actriz Lisa King (que en su casa la conocen), pero han llegado los chinos y se la han cargado como represalia por meter las narices en el negocio de trata de seres humanos. Eso le ha privado a Van Damme de hacer tres o cuatro escarceos más con ella, como pretendía, ya que daba tiempo de sobra, pero no ha podido ser y se ha venido abajo.

En contra de lo que nos dicen, Jean Claude hace gala de su sobrado registro dramático para crear un personaje vengativo, torturado por el dolor y que no dará tregua hasta satisfacer sus ansias de venganza. Justa venganza, como dice la película. (Alguno dirá que es apología de la pena de muerte o cosas así, jeje. ¿En qué mundo vivirá?)

En el marcador termométrico de puntuación puede observarse incluso dieces, eso es devoción, ni más ni menos. La película no está mal teniendo en cuenta que Jean Claude pasa por mafioso, pero lo hace en plan familiar para ganarse así un personaje más cercano a nosotros. La película es cruda y generosa dentro de los parámetros establecidos para el género. Sin pegas.