20 de julio de 2010
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película toma una posición, sin alharacas, mostrando imágenes, rostros y silencio. El limonar como eje alrededor del cual se urden las injusticias que sufre la dignísima y baqueteada protagonista está bien traído y bien tratado, ya que representa la vida y el color, ademas de la historia de una familia, todo lo cual va a ser ultrajado en pos de la tan reivindicada "seguridad" de los israelíes, en este caso nada menos que del ministro de defensa, su nuevo vecino. Ministro de Defensa que se defiende de unos limones, y los tiene que cercar y luego vallar y luego los quiere cortar. Y dice que no es culpa suya, que la seguridad se lo impone. Como siempre uno pasa la bola al otro y nadie se siente responsable, así hicieron los nazis también. El ejército se defiende de lo pobres limones, y en la realidad el ejército se defiende de las piedras con tanques, pero ademas "cortan" la vida a los que las tiran -hay un momento en que ella les tira limones, en una pequeña intifada- La película es un canto a la rebelion, a la rebelión personal, y un desprecio dolorido por un sistema traidor que trae negación y mentira. El muro infame tiene tambien su papel en esta buena película.
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