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Voto de Antonio Morales:
10
Musical. Comedia. Drama Chicago narra la historia de dos mujeres del mundo del espectáculo que, tras asesinar a sus respectivas parejas, tratan de que su caso judicial sea el centro de atención tanto de la prensa de Chicago como de un prestigioso y apuesto abogado. La promesa de aventura y oportunidad que ofrece la Ciudad de los Vientos deslumbra a Roxie Hart, una inocente y extrovertida cantante que sueña con cantar y bailar para salir de su vida gris. Su ... [+]
23 de marzo de 2013
11 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
El musical americano como género, hace mucho tiempo que no pasa por su mejor momento, hace 60 años de la renovación estética que Vincent Minnelli realizó con “Un americano en París”, y del dinamismo aportado por Gene Kelly y Stanley Donnen, “Un día en Nueva York” y la imprescindible, “Cantando bajo la lluvia”, sin olvidar las “Melodías de Broadway 1955”, el género no había vuelto a vivir un momento álgido de creatividad.

Los años sesenta pusieron de manifiesto el agotamiento de la fórmula clásica del musical, sólo animadas por excepcionales aportaciones, curiosamente de cineastas que no solían cultivar el género: Robert Wise, “West side story”, “Sonrisas y lágrimas”; George Cukor, “My fair lady”. La década de los 70 supuso, la muerte del musical en su acepción más clásica, y el género pasó a convertirse en una reliquia cultural, sólo apta para experimentar durante las siguientes décadas, algunas veces con acierto, “Cabaret” de Bob Fosse, otras fueron productos infumables.

Lo mejor de “Chicago” de Rob Marshall es su honestidad, no pretende como suele decirse hoy en día, “reinventar” el musical, sino pura y simplemente recoger una ilustre herencia y ponerla cuidadosamente al día, siendo consciente que el público actual ya no es el que veía hace 60 años los musicales de Minnelli y Donnen. Tampoco alardea de falsa modernidad, sino que se limita a trasladar a la pantalla una obra musical previamente representada en los escenarios de medio mundo, sin olvidar a la persona que lo estrenó en Broadway, el fallecido bailarín y coreógrafo Bob Fosse.

Marshall ha sabido tomar el original y adaptarlo al lenguaje del cine, sin traicionar por ello ni la esencia del montaje teatral ni sus posibilidades fílmicas. De este modo “Chicago” se erige en uno de los mejores exponentes de una tendencia formada por películas que toman elementos teatrales para transformarlo en algo puramente cinematográfico. El film respeta la trama del original e incluye la práctica totalidad de sus canciones y números musicales, conservando el mismo sentido dramático y narrativo.

Como adaptación a la pantalla del “Chicago” de Bob Fosse, la película sabe transmitir la ironía, el dinamismo y el sentido del humor del original que satisfará a todos los cinéfilos nostálgicos del musical clásico, entre los que me cuento. Este excelente espectáculo no es ajeno a la estupenda labor de su interpretes, desde una Catherine Zeta-Jones llena de desparpajo hasta una Renée Zelweger por su soltura y simpatía, sin olvidar a Richard Gere, que da la sorpresa con su más que aceptable pericia para los números musicales. El montaje paralelo se erige en la principal figura de estilo, expresando la dicotomía entre pensamientos y acciones reales de los personajes, entre fantasía y realidad. El film es una comedia musical sobre la diferencia entre lo que se dice y lo que se piensa, cuya aparente frivolidad deja entrever en todo momento un poso de amargura y escepticismo.
Antonio Morales
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