Podría tratarse de una de las películas de Spielberg más personal de todos los tiempos. Tras mucho tiempo queriendo realizar un film sobre Peter Pan, el film llega una etapa personal muy importante. Su representación con el adulto Peter Baning y con su hijo Jack, hacen del film una eclosión de sinceridad.

Las grandes referencias a Walt Disney a la obra original de Peter Pan, nos introduce en una realidad imaginativa sin igual. Esta película podría haber convertido en una triste versión más de la magnifica historia de Peter Pan, pero Spielberg ha sabido representarla de la mejor manera posible, para convertirse en un clásico para toda la familia.

Sus reivindicaciones son claras en el film: a él mismo, a su padre y a todos los adultos que han perdido la infancia, con un final que consigue superar los obstáculos como en ninguna de sus otras películas anteriores había sido posible.

La imaginación, en este film, supera a la ficción. Y la incursión de un personaje normal en el papel de Peter Pan nos hace aflorar en nuestro interior la esencia infantil que no debe morir.

El encanto especial que derrocha la película puede verse reflejado en la poderosa y acertada recreación de ese exuberante país de Nunca Jamás, capaz de despertar una fascinación fuera de lo común en cualquier persona.