Un secreto que nunca diré. La reina cotilla es una red de chismorreo elevada a la enésima potencia, mucho más efectiva que cualquier revista rosa. Una legión de niñatos y niñatas dispuestos a hacer la puñeta por afición, venganza, aburrimiento o mera diversión. Una red de elitistas soplamocos y cagabandurrias acostumbrados al sexo, drogas y fashion-roll con el pleno convencimiento de ser el centro del universo y con la certeza de vivir vidas vacías.

Gossip Girl es una serie que en cuanto a su argumento se refiere no aporta nada original. Ricos y no tan ricos mezclados como la compota de manzana en una ciudad cosmopolita como Nueva York en el barrio más elitista con mucho glamour y elevadas dosis de promiscuidad: el Upper East Side. Gente con un ADN primitivo incapaz de evolucionar y madurar como personas, cometiendo los mismos errores en un feedback de estupidez en el que cuando creen sacar la cabeza del lodo siguen más y más lastrados por sus absurdas costumbres y rituales.

Dicho esto, qué divertido se le hace a uno contemplar tal disparate. Como observar esos cuadros o imágenes con trucos visuales en los que mirando del derecho o del revés no le ves sentido alguno pero no por eso dejan de ser alucinantes. Lo cierto es que ver como la gente se pone la zancadilla continuamente y continuamente se disculpan es un espectáculo de lo más morboso en la sociedad actual y una alegoría de la falsedad estupenda. No se encuentra hoy semejante ejercicio en el que la frase carpediem posea menos sentido.

GG es muy entretenida a la vez que muy previsible, lo bueno es que lo que deseas o lo que temes que vaya a pasar pasa, y esbozas una sonrisa tras otra con los personajes tan bien complementados unos con otros. Una orgía de jóvenes y excelentes actores en una fiesta de los sentidos en la que cada miembro de GG probará lo mejor de lo mejor y sucumbirá a las miserias del hombre y la mujer.

Una banda sonora muy actual, unas excelentes interpretaciones y un paisaje urbano imponente es lo más destacable de GG. Además, si te gusta la moda y los modelitos no puedes perderte esta pasarela en forma de show televisivo. Aunque la fotografía es buena es demasiado de revista y la dirección tampoco es que entusiasme demasiado. Simplemente hay que verla porque es como la vida misma: surrealista. Y en cuanto a lo de saber quién es la reina cotilla pues es lo de menos.

Un saludo.