Está centrada en la primera mitad desde el punto de vista de la Abby Russel, siendo incluso la narradora, y metiéndonos en su cabeza. Luego se enfoca más en la víctima de su obsesión, con la que sentimos más la parte angustiosa de ser su objetivo.

Abby Russel es una chica a la que le gusta controlar la vida de los demás. Juzga bajo su filtro personal y hace lo que le parece oportuno sin mostrar ningún tipo preocupación por los métodos que usa para conseguir su objetivo. Es interpretada por Paz de la huerta, que en esta película está tremenda (en todos los sentidos).

La situación se va yendo de las manos poco a poco. La culminación es divertida, pero es quizás demasiado bestia para soportar que el final pueda ser plausible. Aún así es satisfactorio. Apartado musical muy bueno.