No sé si se deberá a la escalofriante atmósfera con la que comienza, o a las oscuras implicaciones de la trama, que ante todo denuncian la hipocresía de ciertos sectores sociales, la doble vida y la máscara con las que muchas personas que se tienen a sí mismas por respetables e intachables condenan y destruyen a personas inocentes. Quizás sea ese duro y brutal trasfondo, que no deja de tener su parte de verdad, lo que más me ha interesado de esta extraña y desoladora película.
Nunca he jugado al famoso viedojuego ni lo haré (de hecho, yo no sabía de su existencia hasta que empecé a buscar información sobre esta película), porque no me gustaría volver a pasar por la angustiosa sensación que ese ambiente opresivo y amenazador te hace sentir en cada centímetro del cuerpo.
Pese a lo enrevesado del argumento, a las escenas excesivamente gore que a veces se dejan caer y a otras muchas escenas crudamente desagradables, he de reconocer que la excepcional ambientación, brillantemente recreada por una fotografía, una estética y una banda sonora que juegan con el terror psicológico, consiguen enganchar y mantener la tensión.
Lo mejor y más conseguido, para mi gusto, es esa sensación terrorífica que produce escalofríos cuando suenan la sirenas (que, si no conocéis el videojuego, al principio no se sabe por qué suenan) y el agobio que produce esa luz crepuscular matizada de niebla eterna. También es interesante ver que existen varias "dimensiones" e ir descubriendo el pasado de Silent Hill.
Lo peor, quizás, las escenas sangrientas y algunos engendros que no se sabe muy bien de dónde salen.
No deja de tener su interés y el mensaje final es muy duro pero, como dije antes, no se le puede negar que está fundamentado en tristes acontecimientos que han sucedido y suceden en la realidad.
Ah, y saquen sus propias conclusiones, porque hay detalles difíciles de interpretar y que quedan a nuestra intuición.