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Voto de Vivoleyendo:
7
7,3
4.327
Drama. Comedia
Agridulce comedia sobre la vida de Chu, un viejo chef de Taipei, viudo y con tres hijas (Jen, Chien y Ning) muy distintas pero con algo en común: la rebeldía. Un buen día, sus vidas empiezan a complicarse: una gruñona viuda se muda al apartamento de al lado, alguien se queda embarazada, alguien cae en una profunda depresión, alguien muere y alguien encuentra el amor verdadero. El reputado director Ang Lee volvió a Taiwán para contar ... [+]
26 de marzo de 2008
21 de 28 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cuando has crecido en un hogar en el que has pasado la mayor parte del tiempo entre fogones, y en el que has interiorizado la enseñanza de que una gran base de la salud y de la felicidad está en la buena alimentación, te quedará siempre la huella de esos aromas y de esos sabores que te devolverán, una y otra vez, a tu infancia.
El ritual de las comidas diarias no debería consistir sólo en cocinar de cualquier manera y comer a toda prisa, sin pararse a saborear. Debería ser toda una filosofía de vida en la que la paciencia, el esmero, la dedicación y el buen paladar entraran a formar parte de un conjunto armonioso y equilibrado. La cocina debería ser mucho más que el simple proceso de preparación de unos platos. Y eso es lo que transmite el padre de las tres hermanas protagonistas, el cual se ha dedicado siempre al arte culinario y es un experto en la gastronomía tradicional china. Para él, se trata casi de alquimia, de un ritual atávico y arcano, con fórmulas transmitidas a lo largo de muchas generaciones. Probablemente no existe ninguna receta tradicional que él no conozca.
Además, el hecho de sentarse a la mesa para alimentarse es una de las costumbres clave que contribuyen a la unidad y el estrechamiento de lazos entre los miembros de la familia. La mesa, punto de encuentro común, sirve como mediadora. ¿Cuántos asuntos se tratan y se debaten en esos momentos del día en que todos están reunidos?
El señor Chu, que lleva muchos años viudo, cocina todos los días abundantes y deliciosos platos para sus tres hijas, como lo ha venido haciendo desde antes de que ellas tuviesen memoria. Pero ya son mayores, y la historia comienza justo cuando una tras otra se disponen a volar del hogar paterno.
Jia-Jen, la mayor, es profesora y continuamente recibe indirectas porque no tiene pareja, situación que la mortifica. Eso me recuerda a lo que suele pasar cuando ya has cumplido los treinta y no te has casado. A ver si adivináis qué es lo primero que te preguntan las vecinas ancianas o las parientas lejanas, todas un poco cotillas, de ésas que ves de Pascuas a Ramos y que cuando te las encuentras te sacan hasta el color de tu ropa interior si te descuidas. A ver, la pregunta del millón: ¿qué es lo primero que te preguntan?
¡Bingo! Habéis acertado.
-¿Tienes novio? -la consabida preguntita.
A ninguna se le ocurre preguntarte en primer lugar que cómo te van los estudios, o si el cabrón de tu jefe se porta bien, en fin, cosas así. Qué va. Ni por ésas. Lo primero que van sonsacarte es si tienes novio. No falla. Y cuando les dices:
-No, no tengo novio.
El ritual de las comidas diarias no debería consistir sólo en cocinar de cualquier manera y comer a toda prisa, sin pararse a saborear. Debería ser toda una filosofía de vida en la que la paciencia, el esmero, la dedicación y el buen paladar entraran a formar parte de un conjunto armonioso y equilibrado. La cocina debería ser mucho más que el simple proceso de preparación de unos platos. Y eso es lo que transmite el padre de las tres hermanas protagonistas, el cual se ha dedicado siempre al arte culinario y es un experto en la gastronomía tradicional china. Para él, se trata casi de alquimia, de un ritual atávico y arcano, con fórmulas transmitidas a lo largo de muchas generaciones. Probablemente no existe ninguna receta tradicional que él no conozca.
Además, el hecho de sentarse a la mesa para alimentarse es una de las costumbres clave que contribuyen a la unidad y el estrechamiento de lazos entre los miembros de la familia. La mesa, punto de encuentro común, sirve como mediadora. ¿Cuántos asuntos se tratan y se debaten en esos momentos del día en que todos están reunidos?
El señor Chu, que lleva muchos años viudo, cocina todos los días abundantes y deliciosos platos para sus tres hijas, como lo ha venido haciendo desde antes de que ellas tuviesen memoria. Pero ya son mayores, y la historia comienza justo cuando una tras otra se disponen a volar del hogar paterno.
Jia-Jen, la mayor, es profesora y continuamente recibe indirectas porque no tiene pareja, situación que la mortifica. Eso me recuerda a lo que suele pasar cuando ya has cumplido los treinta y no te has casado. A ver si adivináis qué es lo primero que te preguntan las vecinas ancianas o las parientas lejanas, todas un poco cotillas, de ésas que ves de Pascuas a Ramos y que cuando te las encuentras te sacan hasta el color de tu ropa interior si te descuidas. A ver, la pregunta del millón: ¿qué es lo primero que te preguntan?
¡Bingo! Habéis acertado.
-¿Tienes novio? -la consabida preguntita.
A ninguna se le ocurre preguntarte en primer lugar que cómo te van los estudios, o si el cabrón de tu jefe se porta bien, en fin, cosas así. Qué va. Ni por ésas. Lo primero que van sonsacarte es si tienes novio. No falla. Y cuando les dices:
-No, no tengo novio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Enseguida se proclaman tus casamenteras oficiales.
-Ay, hija, con ese cuerpo y esos años, si yo fuera tú me comía el mundo y no habría hombre que se me resistiera... (te consta que la que te dice la típica frasecita se casó virgen a los dieciocho años y se ha pasado la vida aguantando a un petardo que no le ha dejado más que deudas de juego).
-Pues mira, conozco yo a un buen mozo soltero como tú, un buen partido, de la familia tal... (qué generosidad).
En fin, qué le vamos a hacer.
Siguiendo con la película, la segunda hija, Jia-Chien, es una ejecutiva con mucho éxito en su empresa y que tiene un amante con el que mantiene una relación sin compromisos. Piensa emanciparse del hogar familiar y recibe una tentadora oferta de su empresa para ascender de puesto... Lo cual la hará plantearse las cosas.
Y la menor, Jia-Ning, trabaja en un restaurante de comida rápida y se enamora repentinamente de quien menos esperaba...
También aparecen otros personajes importantes: unas vecinas que mantienen una antigua amistad con la familia protagonista, y el chef de un restaurante en el que el señor Chiu trabajó durante mucho tiempo y que es un gran amigo.
Mientras ellas van pensando en abandonar el hogar paterno y pasan por grandes cambios, dudas y decisiones, su padre comienza a prepararse para la vida sin sus hijas...
Bonito drama familiar en el que los personajes atraviesan por la etapa en la que los hijos se marchan del hogar, mientras cada cual comienza a ir por su lado y los caminos comienza a divergir.
Sencillo, a la vez actual y tradicional, proporcionando una mirada amable y comprensiva a unas personas corrientes como tantas, unidas por sus lazos de sangre, de amor y de amistad. Los pequeños dramas y acontecimientos de una familia que no posee nada destacable pero que derrama encanto por su cercanía.
Disfrutad con la comida, que prácticamente se puede oler y degustar. Y disfrutad con un argumento que conecta con nosotros porque nos habla de cosas que le pasan a cualquiera.
Ang Lee en su faceta más modesta y sumamente agradable.
-Ay, hija, con ese cuerpo y esos años, si yo fuera tú me comía el mundo y no habría hombre que se me resistiera... (te consta que la que te dice la típica frasecita se casó virgen a los dieciocho años y se ha pasado la vida aguantando a un petardo que no le ha dejado más que deudas de juego).
-Pues mira, conozco yo a un buen mozo soltero como tú, un buen partido, de la familia tal... (qué generosidad).
En fin, qué le vamos a hacer.
Siguiendo con la película, la segunda hija, Jia-Chien, es una ejecutiva con mucho éxito en su empresa y que tiene un amante con el que mantiene una relación sin compromisos. Piensa emanciparse del hogar familiar y recibe una tentadora oferta de su empresa para ascender de puesto... Lo cual la hará plantearse las cosas.
Y la menor, Jia-Ning, trabaja en un restaurante de comida rápida y se enamora repentinamente de quien menos esperaba...
También aparecen otros personajes importantes: unas vecinas que mantienen una antigua amistad con la familia protagonista, y el chef de un restaurante en el que el señor Chiu trabajó durante mucho tiempo y que es un gran amigo.
Mientras ellas van pensando en abandonar el hogar paterno y pasan por grandes cambios, dudas y decisiones, su padre comienza a prepararse para la vida sin sus hijas...
Bonito drama familiar en el que los personajes atraviesan por la etapa en la que los hijos se marchan del hogar, mientras cada cual comienza a ir por su lado y los caminos comienza a divergir.
Sencillo, a la vez actual y tradicional, proporcionando una mirada amable y comprensiva a unas personas corrientes como tantas, unidas por sus lazos de sangre, de amor y de amistad. Los pequeños dramas y acontecimientos de una familia que no posee nada destacable pero que derrama encanto por su cercanía.
Disfrutad con la comida, que prácticamente se puede oler y degustar. Y disfrutad con un argumento que conecta con nosotros porque nos habla de cosas que le pasan a cualquiera.
Ang Lee en su faceta más modesta y sumamente agradable.