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Voto de Vivoleyendo:
7
Drama. Terror En una isla viven los Borg: Johan, que es pintor, y su mujer Alma. Sus vecinos, los siniestros Von Merken, poseen un círculo de amistades tan escalofriante que Johan comienza a obsesionarse con la idea de que los demonios lo acechan... (FILMAFFINITY)
23 de junio de 2009
21 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Alma, sola en su casa en una isla perdida, necesita verter sobre un confidente paciente, silencioso y comprensivo los recuerdos de su convivencia con Johan, su marido, un pintor enfermo. Hablando directamente a la cámara, busca en nosotros a ese confidente que todos buscamos en nuestro interior, con el que nos comunicamos con esa voz íntima que no puede oír nadie más.
Alma ha convivido con un marido de mente atormentada, afectado por alguna de esas enfermedades tan desconocidas y aterradoras como la esquizofrenia, la paranoia, la manía depresiva...
Ella, entregada totalmente, ha intentado con todas sus fuerzas ver a través de sus ojos, ver lo que él veía, sentir como él, fundirse con su naturaleza quebradiza. Los fantasmas de Johan, los fantasmas de la corrupción, la depravación, la lujuria, la muerte, la envidia, los celos, la ira y los terrores de su infancia han sido también los de Alma. Ella ha tendido su mano y su hombro y su callada compañía cuando los desquiciantes espectros, bastante semejantes a los engendros deformes de "El akelarre" de Goya, han asaltado una y otra vez las frágiles defensas del artista.
La titánica y admirable lucha de la abnegada esposa ofrece a Johan consuelo y apoyo, un asidero, un puerto estable al que regresar de sus periplos de pesadilla por los precipicios de la locura.
Bergman sabía muy bien plasmar la locura de sus personajes. Con una fotografía entre el naturalismo y el surrealismo, produce inquietud y oprime con esos escenarios bellos pero desangelados en su áspera soledad. La mezcla entre imágenes austeras y audaces, los juegos de luces y sombras, los primeros y atrevidos planos, los movimientos enervantes de la cámara, la música a veces estridente, el sonido de voces que parlotean en charlas sin sentido aparente, los diálogos con frecuencia inescrutables... Todo ello es el reflejo a la vez de una mente rota y de la mano resignada y algo tranquilizadora de Alma, quien observa sin esperanzas el pozo en el que su amado Johan se hunde, marchándose a donde ella no puede seguirle, por más que quiera...
La hora del lobo, la hora que precede al amanecer, la más fría de todo el día, la hora en la que el mundo parece paralizarse en su aliento... Es la hora en la que el sufrimiento es mayor, y el miedo. En la que todo está suspendido en una danza macabra, la danza de la muerte y de la vida, en la que las cosas empiezan y también terminan.
Alma nunca sabrá si ha hecho lo suficiente.
Nunca podrá alcanzar a su amor, tragado por la hora del lobo en una noche interminable.
Vivoleyendo
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