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España España · Valladolid
Voto de Teresa:
10
Serie de TV. Drama Miniserie de 7 episodios. Kentucky, años 60. En plena Guerra Fría, la joven Beth Harmon (Anya Taylor-Joy) es una huérfana con una aptitud prodigiosa para el ajedrez, que lucha contra sus adicciones mientras trata de convertirse en la mejor jugadora del mundo ganando a los grandes maestros, en especial a los rusos.
20 de noviembre de 2020
12 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo primero que tengo que deciros es que prácticamente no sé nada de Ajedrez y sin embargo estoy como Trump con la Casa Blanca, In Love con esta serie y es que no es para menos, desde el primer fotograma nos atrapa su atmósfera, su fotografía, la música y sobre todo ella, Anya Taylor-Joy (The Witch, Split, Glass). Y os aviso, es una falsa creencia que pueda atraer más a los que saben jugar, de hecho os va a animar a descubrir el universo del ajedrez, ese juego que a pesar de tener sus raíces en la India, es en Rusia donde encontramos a los que hicieron un verdadero festival y los que lo han perfeccionado hasta convertirse en los mayores expertos. Pero Gambito de Dama no va sólo de jugar, también nos cuenta una vida y en ella vamos a encontrar drama, decepción, drogas, sexo y un poco de comedia; vamos, la vida misma contada en siete episodios que nos dejan con ganas de más. Pocas veces siento este vacío existencial post serie. Y con esto también quiero añadir algo antes de continuar con mi crítica, y es una petición a FilmAffinitty: estimados camaradas, habría que añadir una puntuación especial para los que, como yo, somos generosos con las notas y ponemos muchos nueves y dieces, porque está claro, que algunas veces vamos a necesitar un plus para historias tan bien contadas como esta.
Ahora, como decía, no he jugado mucho al ajedrez. Recuerdo algún intento infructuoso con mi hermano en los últimos años; pero como no sabemos jugar ninguno, al final, desistimos.

Gambito de Dama, una serie apasionante, producida por Netflix, ese gigante del que nos quejamos tan a menudo, y que sin embargo esta vez ha acertado completamente. El guion es de Scott Frank y Allan Scott y está dirigida por Scott Frank (Logan) en lo que le pone, a mi parecer, en uno de los mejores directores de este año. El guion es ligero, absorbente, apasionante, obsesionante y adictivo. Los actores, todos, están impecables. Algunos nos han emocionado, como Camp (el conserje), con otros hemos sonreído, como con Marielle Heller (madre adoptiva de Beth). Alguno nos ha dado rabia (véase padre adoptivo de Beth) y luego están los compañeros, contrincantes, camaradas y amigos de Beth, Harry Melling o nuestro querido Thomas Brodie-Sangster (aquí Benny, pero conocido por su papel en Love Actually). Para las consultas sobre el ajedrez se apoyaron en los consejos de Kaspárov y del entrenador de ajedrez Bruce Pandolfini y Carlos Rafael Rivera se ocupó de la música ¡y qué música!, mira, que al final te engancha por algún lado y luego te quedas con ese vacío, como cuando lees una buena novela y después pasa mucho tiempo hasta que encuentras algo mínimamente comparable, que te haga sentir lo mismo o algo parecido. Os parecerá una locura, pero me he pasado parte de la serie llorando, recordando los buenos años cuando montaba a caballo y mi sentimiento hacia el entrenamiento era el mismo que guía a Beth. Es ese momento, que supongo que todos tenemos, en el que nuestra vida tiene sentido, que puede ser el único y que luego nunca se repita.

Qué bien se cuenta el descubrimiento por parte de Beth de las drogas, del amor, de las relaciones sexuales, del estilismo (que injusto me parece que esa madre negligente, la adoptiva eh, aunque la otra tiene también tela para cortar, le mande su primer día de instituto con ese saco de patatas que llevaba en el orfanato).
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Teresa
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