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España España · Córdoba
Voto de El Libanés:
8
Animación. Comedia. Infantil Estamos en el año 50 A.C. Toda la Galia está ocupada por los romanos… ¿Toda? ¡No! Una aldea poblada por irreductibles galos resiste todavía y detienen siempre al invasor. Exasperado por la situación, Julio César decide cambiar de táctica: como sus ejércitos han sido incapaces de imponerse por la fuerza, será la misma civilización romana la que se encargará de seducir a los bárbaros galos. Para ello, ordenará construir al lado de la ... [+]
28 de mayo de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los años dorados de René Goscinny al guión y Albert Uderzo en la mesa de dibujo, hacen esbozar una sonrisa de satisfacción en legiones de fans del indómito Astérix. Muchas obras maestras, diálogos chispeantes, excelentes viñetas, barcos piratas hundidos y laureles del César que consagraron a un tándem creativo irrepetible.

Con todo, siendo un muy buen cómic, "La residencia de los dioses" no me parece lo mejor de sus viñedos, "Cleopatra", "Astérix el legionario" o su aventura en Britania me dejan un gusto más redondo al paladar, siendo cuasi perfectas. "La residencia de los dioses" vive de un mítico final y un afortunadísimo diálogo entre Astérix y el druida Panorámix.

Por ello, el mérito de Louis Clichy y Alexandre Astier me parece enorme, ser capaces de respetar la esencia del tebeo original y darle un pequeño lavado de cara para mejorarlo, que el coche clásico pueda coger un poco más de velocidad, pero sin contaminar el medio ambiente (es decir, hacer un "El cielo nos cae encima"). Nada de eso, la premisa inicial está, con un Julio César que vuelve a ser la Némesis intimidadora y caricaturizada a partes iguales, ese payaso serio y digno que necesitan el tallador de menhires y el Ulises galo.

Pullas a la situación político-actual incluidas, esta versión supone un increíble entretenimiento que hará las delicias de los fans y aspirará a reclutar más adeptos para la causa de la poción mágica. Tiene todos los ingredientes, disfrutando también del elenco de toda la aldea, más allá de la eterna pareja protagonista (sí, e Ideáfix, por supuesto). La llegada de los nuevos inquilinos romanos y el libre-mercado parecerán sacar la codicia más soterrada de los antiguos guerreros de Vercingetórix.

Pero, por Tutatis, que no todo es tan fácil y hay legionarios que empezarán a pedir derechos sindicales con amenaza de huelga, problemas de vivienda y arquitectos con complejo de megalomanía.

Una delicia.
El Libanés
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