No la gafemos antes de tiempo. Queda mucho para que tenga el recorrido que han alcanzado programas de la talla de "Los Simpson" o "Futurama". Sin embargo, ya es innegable que "Rick y Morty" tiene mimbres para ser algo parte en la comedia animada. Es original, fresca, desinhibida y rompe con muchos moldes, incluyendo los espacio-temporales.

Pensemos que en el capítulo 6 ya se cargan una línea temporal. Que tiene unos guiños deliciosos a "Regreso al futuro", que enfrenta a Apocalipsis impensados sin que dejemos de reír a mandíbula batiente. Y que la relación entre Rick y su nieto Morty (y la cosa mejora todavía más con la incorporación de Summer) es una de las más chispeantes, irreverentes y con diálogos que demuestran que esto, dentro de la locura, puede ir muy en serio.

Además, tiene alguna de las referencias freaks más osadas e inteligentes de los últimos años. Su repaso a "Origen" casi lo hace a uno verse tentado de decir que supera a la original de Nolan. A veces puede ser chabacana e incluso vulgar, pero hay mimbres y cabezas muy pensantes en esta gamberrada cósmica.

Nos obliga a mantenernos con los dedos cruzados. Que quede mucho para que se extinga este irreverente fuego que amenaza con calcinar muchas de las convenciones del género de ciencia ficción en clave de humor negro.