La sombra de Villeneuve y Emily Blunt es alargada. No obstante, la franquicia de "Sicario" ha sabido dejarnos una segunda parte a la altura de su predecesora, eligiendo con acierto a Stefano Sollima, un director que sabe muy bien cómo captar nuestra atención y sumergirnos en la violencia real sin resultar gratuito o burdo en el proceso. Todo ello nos lleva por unos derroteros extraños y apasionantes.

Hay bastante McGuffin en una historia que se va complicando y nada es lo que parece. Hay incorporaciones de lujo como una actriz de la experiencia de Catherine Keener, si bien la función cantante queda repartida entre unos Josh Brolin y Benicio del Toro empeñados en resultar magnéticos, convirtiendo a sus oscuros personajes en verdaderas joyas de carisma ambiguo.

Desde el terrorismo al tráfico de personas, bien acompañado todo con una banda sonora adictiva, "El Día del Soldado" no se hace pesada en ningún momento de su metraje, resultando una de las mejores experiencias en la butaca de este verano.

Mención especial a un Benicio del Toro comodísimo con su frío, astuto e impredecible mercenario, convirtiéndose aquí ya sin discusión en el gran motor de la saga, sabiendo sacar jugo de todo el acompañamiento que le da Sollima.

Permanezcan hasta el final. Hablemos del futuro. Estamos ante una magnífica cinta de acción hecha sin tomar por tonto al auditorio.