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España España · madrid
Voto de zymu:
9
Drama Georges y Anne, dos ancianos de ochenta años, son profesores de música clásica jubilados que viven en París. Su hija, que también se dedica a la música, vive en Londres con su marido. Cuando, un día, Anne sufre un infarto que le paraliza un costado, el amor que ha unido a la pareja durante tantos años se verá puesto a prueba. (FILMAFFINITY)
9 de febrero de 2013
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Por lo que he visto del cine de Haneke, si tenemos que hablar de un hilo conductor en su obras ese es el de la incomodidad y el desasosiego, que provoca en el espectador. Mientras estás en la sala de cine, aun siendo consciente de la genialidad de su autor, no puedes evitar sentirte ahogado en la oscuridad de la sala, y deseoso de que esa experiencia acabe y puedas salir a la calle y respirar aire puro.

El problema, o la virtud, de este film, es que si bien en los anteriores obras de este autor, esa incomodidad estaba circunscrita a aspectos de la vida por los que quizás uno nunca se vea obligado a transitar, en este caso, somos todos, absolutamente todos, los interpelados ante una obra que es un espejo de lo que puede ser y suceder con nosotros, sin que nada podamos hacer al respecto, de ahí lo excepcional y terrible de la misma.

Haneke hace un ejercicio magistral, mostrándonos con realismo, sin adornos, el inexorable deterioro de una mujer, y el comportamiento de su marido, que es el único que la reconoce como tal. No creo que sea casual, que estos papeles esten interpretados por Riva y Trintignant, porque al igual que el hombre asiste al terrible deterioro de su mujer, los espectadores que amamos el cine hemos visto a estos intérpretes, y podemos seguir viéndolos, en su exuberante juventud interpretando películas como "Hiroshima Mon Amour" en el caso de Riva, o "Z" en el caso de Trintignant, donde aparecen bellos y llenos de vida, frente a lo que son y a la vez interpretan en esta film.

Terrible, tremenda, real, respetuosa y no exenta de sensibilidad y multitud de matices y pequeños detalles que la engrandecen. La realidad , en su vertiente más desoladora, y el arte, nunca estuvieron tan unidos, contándonos y mostrando ante nuestros ojos, lo que puede ser, o a lo mejor, será.
zymu
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