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España España · Alicante
Voto de Virgilio:
5
Serie de TV. Aventuras. Drama. Fantástico. Acción. Intriga Serie de TV (2011-2019). 8 temporadas. 73 episodios. La historia se desarrolla en un mundo ficticio de carácter medieval donde hay Siete Reinos. Hay tres líneas argumentales principales: la crónica de la guerra civil dinástica por el control de Poniente entre varias familias nobles que aspiran al Trono de Hierro; la creciente amenaza de "los otros", seres desconocidos que viven al otro lado de un inmenso muro de hielo que protege el ... [+]
20 de mayo de 2019
6 de 35 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desearía matizar virtudes ponderadamente, llamando la atención sobre dos aspectos entrelazados, uno estructural y otro material, de este, a la postre, folletinesco cuento de venganza.

Respecto del primero, la rechifla: el argumento funciona como un ciclo en sí mismo desde 1x01 hasta al menos 7x07. Solo en los últimos capítulos avanza el relato, cuyo marcado inicio puede situarse en el atentado personal que un Lannister adulto ocasiona a un Stark zagal, perteneciente al clan héroe. En lo sucesivo, confabulaciones amorreas, disgregación familiar, diáspora, vagabundeo, reunión (fin del ciclo, 7x07/8x01) y ajuste de cuentas. El que tenga ojos para ver, que vea. Lo que ocurre en el ínterin destella solo esporádicamente. Por ello, con el objeto de arrogarse la atención del espectador, recurre al subterfugio de manipular emociones, pero no de suscitarlas.

El Gorrión Supremo sirve de arquetipo explicativo. Como tantos otros temas a lo largo de la historia, surge principalmente con un doble propósito: por un lado, para servir de hojarasca; por otro, para desfogar al individuo embrutecido que somos, pues si hay algo que nos caracteriza es que no soportamos el ejercicio de la crueldad por parte de todo aquel distinto de uno mismo. De modo que el proceso de visionado se traduce en una acumulación de apretura concupiscente por la arbitraria añagaza de exhibir ubres, posaderas, matrices, príapos y (en ocasiones, diestramente rodadas) atrocidades varias, todo ello de balde. Para ulteriormente proceder a la masturbación asistida de un televidente ya abotargado, que implora el lenitivo agravio y/o deceso de un villano más. Una vez expelida la cuadrilla, se higieniza el lugar mediante oportunísima deflagración, y siga la jarana.

Las deficiencias narrativas se cuentan por decenas. Un epítome: la hazaña contracultural de Eowin ante el Rey Brujo sobreviene dos veces en 8x03, sin que exista una relación directa entre los personajes, motivada internamente por acontecimientos pretéritos, que lo justifique. Parece más bien un caso de providencial recurso a la tramoya, que aprovecha dos aspectos: el principal de resolver líneas argumentales y el contracultural “à la mode”, valga la supuesta contradicción.

En cuanto al asunto material, sorprende, a la luz de nuestros democratizantes hábitos, el extraño baremo que regula la justicia social configurada por los guionistas. “L´enfant gâté” de turno aglutina simpatías, mientras su único propósito es acaudillar pueblos (no así ciudadanos) para inmolarlos cuando bien proceda. Todos los paladines, contra la bruja de “Blancanieves”. Unos, en pugna por encarnar el avatar de un Adonis; otros, por indicación de su genealogista particular. Y el público, como fisgón leyendo una de esas revistas sobre chismorreos, buscando mayor galantería y mayor abolengo en la página siguiente.

El individuo, en buena lid contra la Muerte hiperbórea y contra la Reina Grimhilde, por este orden de desenlace, obviamente, y a pesar de que el lema del Serial es “Winter is coming”. Pues ¿a quién interesa el pensamiento-para-la-muerte mientras existan pompa y letrina aguardando al linajudo aspirante? Solo un defenestrado Sandor Clegane perfuma la pocilga cuando en 8x03 increpa a Beric Dondarrion: “Don´t you see that, stupid whore? We´re fighting Death! They can´t beat Death”. Pachuli, pero bien hallado. El mortal, atolondrado porque acaba de descubrir su propia finitud, reprende el hallazgo al semidiós. Una vez consumida la escena más memorable de la Serie, la oquedad recoge el testigo una vez más.

Las presuntas enseñanzas en materia política y geoestratégica son parvas y trilladas. Buena parte de los personajes farfullan grandilocuentes fruslerías, salvas dos luminarias: Olenna Tyrell, toda una descendiente espiritual de repúblicos romanos (sin bobaliconas muecas baelishianas), y el celiniano Bronn del Aguasnegras, único personaje que se ha percatado de esta mascarada engalanada de técnica cinematográfica.

P.D. Excepcional banda sonora.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Virgilio
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