Si es verdad a la gente le gusta ver sesos de gente mala esparcidos por toda la escena. Y con esa premisa, pues hacemos una secuela del castigador, contratando a gente que no conozca nadie, con un agumento copiado de "Batman", pero con tripas volando por lo aires. Lamentable secuela, muy por debajo de su predecesora, en una película tan increible como desagradable, con un burro cargandose a todo bicho viviente, y encima esperas que te rias. Una perdida de tiempo en toda regla y el final de la saga. El argumento es un hombre asqueado de la vida intentando acabar con un crimen enorme, todo eso durante la hora y media que se hace hasta larga. No merece la pena.