Segunda parte de la película que fuera revelación en el género de terror hace un par de años, tanto por su temática y técnica, como por su inesperado director.

Nuevamente arranca con un tremendo prólogo que perfectamente podría ser un cortometraje aparte, en este caso, mostrando el día 1 de todo este bardo y la aparición de las criaturas que lo ocasionan. Luego retoma en el mismo lugar donde terminó la primera, la familia Abbot abandona el lugar donde vivía en busca de ayuda, hasta que llega a unos galpones donde se refugia un viejo conocido. En algún momento el grupete se separa para establecer tres subtramas paralelas y ver si pueden resolver algo, lo que obviamente traerá complicaciones con los bicharracos.

Se hace inevitable la comparación con su predecesora y no tiene varias de las virtudes de la misma, por lo que debe encontrar nuevas, así que no, no es lo mismo y está bien. La primera era un thriller psicológico que jugaba mucho con el suspenso al no saber bien a qué nos enfrentamos, hoy con esto resuelto se ha optado seguir por el lado de la monster movie. Ya no se pone tanta tensión en el aspecto sonoro y se juega más con la espectacularidad de la fuerza y amenaza física de las criaturas, más al estilo Jurassic Park (incluso hay una referencia divina a la primera entrega de 1993). Así que no les extrañe si en algún momento se les cruza por la cabeza algo como “en la anterior, por un ruido mucho menos fuerte ya perdías la cabeza en dos milisegundos”. Va por otro lado.

Es por lo anterior también que Krasinski ha tenido que explorar otros aspectos de este mundo, como las nuevas formas de relacionarse en la sociedad, algo que toda coyuntura postapocalíptica debe mostrar. Y acá se vuelca a una subtrama conocida en el género, qué es peor, la amenaza externa o el comportamiento humano. Lo bueno es que en este caso se resuelve en algunos minutos algo que The Walking Dead te estira por veinte temporadas. Y las actuaciones vuelven a estar muy bien, en este caso democratizando un poco más el protagonismo.

Si bien es una cosa bastante distinta a la primera entrega, es una digna exploración de este universo y, en su propia forma, puede llegar a ser casi igual de buena.