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2
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4,8
3.329
Intriga. Drama. Romance. Thriller
Una joven (Lily James) contrae matrimonio con un aristócrata (Armie Hammer) y se traslada a vivir a su mansión, de nombre Manderley, situada en Cornualles. Sin embargo, ahí continúa presente la sombra de Rebeca, la anterior mujer del millonario, fallecida en extrañas circunstancias. (FILMAFFINITY)
6 de noviembre de 2020
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya por delante: no justifico mi mala nota en base a que la de Hitchcock era mejor. Todo el mundo, incluyendo a aquellos que han participado en esta película, desde Ben Wheatley a Lily James, sabían que no podrían mejorar la versión de Hitchcock y lo asumieron. Aun así, podrían haber hecho una buena película, una digna re-adaptación de la novela de Daphne Du Maurier.
El problema es que no lo han hecho. En absoluto.
Cuando se adapta una novela, se pueden cambiar escenas, incluso añadir otras nuevas; lo que no se puede en ningún caso es cambiar radicalmente la personalidad y las motivaciones de los personajes, sobre todo cuando eso, precisamente eso, es lo que da sabor especial a la historia, lo que la convierte en especial y única.
"Rebeca" es una historia que pertenece a otra época. Nos enseña un mundo, unas personas, que ya no existen. Hoy en día ya las chicas ya no son como la segunda señora de Winter, y los hombres tampoco son como Maxim de Winter o como Frank Crowley. Cuando yo me sumerjo en una novela de otra época, ya sea "Rebeca", "Drácula", "Orgullo y Prejuicio" o "Jane Eyre", no espero que la época que describen sea como la mía y que los personajes sean como yo. Lo que busco es que me transporten a la época en la que fueron escritas, y gracias a ellas poder vivir, respirar, en un mundo ya desaparecido. Si me identifico con alguno de los personajes, será a pesar de esa diferencia de mentalidad, de paradigma... y precisamente por ello, cuando tal cosa ocurra será brillante: porque el autor habrá tocado un tema o un sentimiento universal, de esos que nos unen a todos los humanos por encima del tiempo, la distancia o las diferencias culturales.
En concreto, cada vez que releo las páginas de "Rebeca" encuentro el mundo de mis abuelas: la época en la que ellas soñaban, en la que ellas vivían, en la que fueron jóvenes, amaron y sufrieron. Los pensamientos y sentimientos de la segunda señora de Winter no se identifican con los míos, pero sí con los muchos que conocí o que puedo imaginar en ellas. Y es maravilloso, es mágico, porque a pesar de que las perdí a ambas hace años, de repente me siento más cerca de ellas. De su mentalidad. de su mundo.
Y esta es precisamente la causa del fracaso garrafal que supone esta película: los personajes son personas del año 2020 vistiendo trajes de los años 30. La segunda señora de Winter ya no es esa joven tímida, apocada, modesta e inocente: es una chavala con unas enormes ganas de vivir la vida y conocer mundo que a causa de su pobreza y su mala suerte no ha podido hacerlo. Tiene una actitud decidida, toma la iniciativa, conduce, fuma, tiene sexo prematrimonial a pleno día en una playa. En cuanto a Maxim de Winter, se presenta como un hombre amable, carismático, seductor y tierno cuya única rareza es no querer hablar de su difunta esposa cuando le preguntan. ¿Alguien reconoce a los protagonistas de "Rebeca" en estas descripciones? Es más, ¿tiene algún sentido la propia historia si los protagonistas responden a esas descripciones?
He aquí, en fin, los motivos por los que Netflix la ha cagado tanto. Han querido actualizar unos personajes cuya razón de ser era NO ser actuales, y han convertido uno de las mejores historias de drama y misterio del siglo XX en un telefilme sueco de Antena 3. Esto no tiene nada que ver con Hitchcock, gente. Tiene que ver con la propia historia, que esta absurda readaptación ha dejado sin alma, sin sentido y sin esencia. ¿Que ahora están de moda las protagonistas fuertes, feministas y actuales? Me parece muy bien. Pero si lo que quieres es una protagonista femenina fuerte y actual, entonces no filmes "Rebeca".
El problema es que no lo han hecho. En absoluto.
Cuando se adapta una novela, se pueden cambiar escenas, incluso añadir otras nuevas; lo que no se puede en ningún caso es cambiar radicalmente la personalidad y las motivaciones de los personajes, sobre todo cuando eso, precisamente eso, es lo que da sabor especial a la historia, lo que la convierte en especial y única.
"Rebeca" es una historia que pertenece a otra época. Nos enseña un mundo, unas personas, que ya no existen. Hoy en día ya las chicas ya no son como la segunda señora de Winter, y los hombres tampoco son como Maxim de Winter o como Frank Crowley. Cuando yo me sumerjo en una novela de otra época, ya sea "Rebeca", "Drácula", "Orgullo y Prejuicio" o "Jane Eyre", no espero que la época que describen sea como la mía y que los personajes sean como yo. Lo que busco es que me transporten a la época en la que fueron escritas, y gracias a ellas poder vivir, respirar, en un mundo ya desaparecido. Si me identifico con alguno de los personajes, será a pesar de esa diferencia de mentalidad, de paradigma... y precisamente por ello, cuando tal cosa ocurra será brillante: porque el autor habrá tocado un tema o un sentimiento universal, de esos que nos unen a todos los humanos por encima del tiempo, la distancia o las diferencias culturales.
En concreto, cada vez que releo las páginas de "Rebeca" encuentro el mundo de mis abuelas: la época en la que ellas soñaban, en la que ellas vivían, en la que fueron jóvenes, amaron y sufrieron. Los pensamientos y sentimientos de la segunda señora de Winter no se identifican con los míos, pero sí con los muchos que conocí o que puedo imaginar en ellas. Y es maravilloso, es mágico, porque a pesar de que las perdí a ambas hace años, de repente me siento más cerca de ellas. De su mentalidad. de su mundo.
Y esta es precisamente la causa del fracaso garrafal que supone esta película: los personajes son personas del año 2020 vistiendo trajes de los años 30. La segunda señora de Winter ya no es esa joven tímida, apocada, modesta e inocente: es una chavala con unas enormes ganas de vivir la vida y conocer mundo que a causa de su pobreza y su mala suerte no ha podido hacerlo. Tiene una actitud decidida, toma la iniciativa, conduce, fuma, tiene sexo prematrimonial a pleno día en una playa. En cuanto a Maxim de Winter, se presenta como un hombre amable, carismático, seductor y tierno cuya única rareza es no querer hablar de su difunta esposa cuando le preguntan. ¿Alguien reconoce a los protagonistas de "Rebeca" en estas descripciones? Es más, ¿tiene algún sentido la propia historia si los protagonistas responden a esas descripciones?
He aquí, en fin, los motivos por los que Netflix la ha cagado tanto. Han querido actualizar unos personajes cuya razón de ser era NO ser actuales, y han convertido uno de las mejores historias de drama y misterio del siglo XX en un telefilme sueco de Antena 3. Esto no tiene nada que ver con Hitchcock, gente. Tiene que ver con la propia historia, que esta absurda readaptación ha dejado sin alma, sin sentido y sin esencia. ¿Que ahora están de moda las protagonistas fuertes, feministas y actuales? Me parece muy bien. Pero si lo que quieres es una protagonista femenina fuerte y actual, entonces no filmes "Rebeca".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Una cosa que me fastidia especialmente es la defensa a ultranza que algunos hacen de Rebeca, pintándola como una pobre víctima del patriarcado que es considerada un monstruo sólo por querer vivir su vida y su sexualidad con la misma libertad que los hombres, cuando resulta que Rebeca de Winter era una psicópata de manual. Bien cierto es que la vemos siempre desde la óptica de terceras personas, pero es que incluso la señora Danvers, la única que la quería y admiraba tal como era, corrobora esta visión.
¿No me creéis? Aquí están los diez rasgos más característicos de un psicópata. Rebeca cumple todos y cada uno de ellos:
1. Falta de empatía
Un psicópata no puede sentir lo que sienten los demás. Un individuo con personalidad psicópata entiende sus sentimientos pero no los siente. Según la señora Danvers, Rebeca era incapaz de amar a nadie ("estaba por encima de esas cosas") y sentía una total indiferencia ante el sufrimiento ajeno (siendo una cría azotó a un caballo hasta casi matarlo porque no se dejaba domar).
2. Poder de manipulación
El psicópata es capaz de reconocer de qué cuerda debe tirar o qué botón es el que debe pulsar para engañar a otras personas, manipularlas y hacerles creer lo que sea necesario para obtener un beneficio personal sin preocuparse del impacto que esto pueda tener en los demás o en sus sentimientos. Justamente lo que Rebeca hizo con Maxim de Winter.
3. Irresponsabilidad
El comportamiento impulsivo y la irresponsabilidad forman parte de su estilo de vida. Un psicópata nunca admitiría sus errores y son capaces de volverse iracundos con cualquiera que les acuse de algo. Rebeca llegó a tener un comportamiento temerario, llevándose a sus amantes a la casita de la playa y montando el cólera cuando Maxim le echaba en cara que tal descaro incumplía su parte del trato.
4. Narcisismo
Los psicópatas generalmente se ven a sí mismos como más inteligentes, más poderosos y más valiosos que cualquier otra persona, pensando que el mundo gira en torno a ellos mismos. ¿Acaso no era Rebeca siempre el centro de atención, no se esforzaba por parecer perfecta en todos los sentidos? Incluso a los 12 años, cuenta la señora Danvers, ya se daba cuenta de su atractivo y lo explotaba.
5. Mentirosos patológicos
La mentira es su arma del día a día. Los psicópatas tienden a mentir continuamente. Sabemos que Rebeca mintió en múltiples ocasiones: haciendo creer a Favell que lo amaba cuando no era así, embaucando a Maxim para que se casara con ella, y más tarde cuando le dijo que estaba embarazada siendo falso.
6. Encanto superficial
Los psicópatas suelen ser encantadores y tener cierto atractivo puesto que su carácter es extrovertido, decidido y valiente. Todos los que conocieron a Rebeca coinciden en que parecía simpática y encantadora a todo el mundo.
7. Falta de remordimientos
Los psicópatas no se sienten culpables por el sufrimiento y el dolor que infligen a otros, o por cualquiera de sus acciones en general. Rebeca jamás se arrepiente de ninguno de sus actos.
8. Se aburren con facilidad
Los psicópatas tienen una necesidad irrefrenable de sobredosis de adrenalina, pues se aburren con facilidad. Rebeca adoraba el deporte y el riesgo, y cambiaba de compañero sexual como de vestido.
9. Acoso o Bullying
Disfrutan ejerciendo su poder sobre los más frágiles, o intimidándolos. Rebeca disfrutaba teniendo a Maxim cogido de los huevos y poniéndolo al límite sabiendo que no se divorciaría por miedo al escándalo.
10. Poder y control
Los psicópatas tienen una necesidad obsesiva por ejercer poder y control. Todo debe hacerse de la manera en la que deseen o han expuesto. Rebeca organizó al milímetro todos los aspectos de la vida en Manderley. Esto llegó hasta tal punto que incluso un año después de morir todos los criados seguían obedeciendo impulsivamente sus órdenes.
¿No me creéis? Aquí están los diez rasgos más característicos de un psicópata. Rebeca cumple todos y cada uno de ellos:
1. Falta de empatía
Un psicópata no puede sentir lo que sienten los demás. Un individuo con personalidad psicópata entiende sus sentimientos pero no los siente. Según la señora Danvers, Rebeca era incapaz de amar a nadie ("estaba por encima de esas cosas") y sentía una total indiferencia ante el sufrimiento ajeno (siendo una cría azotó a un caballo hasta casi matarlo porque no se dejaba domar).
2. Poder de manipulación
El psicópata es capaz de reconocer de qué cuerda debe tirar o qué botón es el que debe pulsar para engañar a otras personas, manipularlas y hacerles creer lo que sea necesario para obtener un beneficio personal sin preocuparse del impacto que esto pueda tener en los demás o en sus sentimientos. Justamente lo que Rebeca hizo con Maxim de Winter.
3. Irresponsabilidad
El comportamiento impulsivo y la irresponsabilidad forman parte de su estilo de vida. Un psicópata nunca admitiría sus errores y son capaces de volverse iracundos con cualquiera que les acuse de algo. Rebeca llegó a tener un comportamiento temerario, llevándose a sus amantes a la casita de la playa y montando el cólera cuando Maxim le echaba en cara que tal descaro incumplía su parte del trato.
4. Narcisismo
Los psicópatas generalmente se ven a sí mismos como más inteligentes, más poderosos y más valiosos que cualquier otra persona, pensando que el mundo gira en torno a ellos mismos. ¿Acaso no era Rebeca siempre el centro de atención, no se esforzaba por parecer perfecta en todos los sentidos? Incluso a los 12 años, cuenta la señora Danvers, ya se daba cuenta de su atractivo y lo explotaba.
5. Mentirosos patológicos
La mentira es su arma del día a día. Los psicópatas tienden a mentir continuamente. Sabemos que Rebeca mintió en múltiples ocasiones: haciendo creer a Favell que lo amaba cuando no era así, embaucando a Maxim para que se casara con ella, y más tarde cuando le dijo que estaba embarazada siendo falso.
6. Encanto superficial
Los psicópatas suelen ser encantadores y tener cierto atractivo puesto que su carácter es extrovertido, decidido y valiente. Todos los que conocieron a Rebeca coinciden en que parecía simpática y encantadora a todo el mundo.
7. Falta de remordimientos
Los psicópatas no se sienten culpables por el sufrimiento y el dolor que infligen a otros, o por cualquiera de sus acciones en general. Rebeca jamás se arrepiente de ninguno de sus actos.
8. Se aburren con facilidad
Los psicópatas tienen una necesidad irrefrenable de sobredosis de adrenalina, pues se aburren con facilidad. Rebeca adoraba el deporte y el riesgo, y cambiaba de compañero sexual como de vestido.
9. Acoso o Bullying
Disfrutan ejerciendo su poder sobre los más frágiles, o intimidándolos. Rebeca disfrutaba teniendo a Maxim cogido de los huevos y poniéndolo al límite sabiendo que no se divorciaría por miedo al escándalo.
10. Poder y control
Los psicópatas tienen una necesidad obsesiva por ejercer poder y control. Todo debe hacerse de la manera en la que deseen o han expuesto. Rebeca organizó al milímetro todos los aspectos de la vida en Manderley. Esto llegó hasta tal punto que incluso un año después de morir todos los criados seguían obedeciendo impulsivamente sus órdenes.