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Voto de Jose_Lopez_5:
4
Comedia. Aventuras. Acción Chandler Jarrell es un detective especializado en buscar niños perdidos. Se le encomienda la misión de encontrar y proteger al "Chico de oro", un niño budista que posee poderes especiales. Según sus tutores el chico ha sido secuestrado por un maligno hechicero. Aunque Jarrell es bastante escéptico respecto a la magia y a los poderes sobrenaturales, a medida que avanza en el caso encuentra pruebas suficientes para empezar a tener serias dudas. (FILMAFFINITY) [+]
15 de noviembre de 2019
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En los 80 estabamos todos un poco tontos perdíos. Durante esa década, rara y experimental como pocas, se dieron a conocer algunos rostros que, tiempo después, llegarían a ser actores conocidos en el cine y la televisión. Sin embargo, el protagonista de esta historia, Eddie Murphy, no inició su carrera en ese periodo, sino en el decenio anterior, en los 70.

Por aquel entonces, un imberbe Eddie había descubierto que lo suyo eran las imitaciones y los monólogos, por lo que empezó a ganarse la vida en diversos garitos. Su fama fue creciendo hasta el punto de lograr participar en el programa decano del humor estadounidense, el "Saturday Night Live". Un "late night" con unas audiencias de escándalo que, a principios de los 80, andaba más bien de capa caída. El aterrizaje de Murphy, amén de otros (véase spoiler 1), ayudó a revitalizarlo, lo que a su vez catapultó a este comediante a la fama. Por buscar un equivalente nacional, sería como la versión yanki de El Neng de Castefa o de Rodolfo Chiquilicuatre, pero a una escala descomunal y sin que luego el anonimato lo envolviese.

En 1982 la fama de Murphy había subido como la espuma, llegando a aventurarse con un disco de monólogos y chiste. Sí, ha leído bien, un disco. Absurdo a día de hoy, pero una práctica habitual por aquellos tiempos. Que se lo digan a Arévalo o a Juanito Navarro y Doña Croqueta. De hecho, ese mismo año se estrenó en el cine de la mano de Walter Hill con "Límite: 48 horas", una comedia de acción que, me atrevería a decir, fue el pistoletazo de salida para las "buddy movies" que luego caerían como chuzos de punta. A esa película le seguirían trabajos ya clásicos (y rentables) como "Entre pillos anda el juego" (1983) y "Superdetective en Hollywood" (1984), entre otros.

Para mediados de la década, Eddie ya estaba rodeado de fama y dinero, por lo que le llovían las ofertas para interpretar lo que, en esencia, venía a ser su único registro: liante bocazas e histriónico que no se toma nada en serio pero que, llegado el momento, se porta como debe. Fue entonces cuando a alguien se le ocurrió la idea de que Murphy fuese "el elegido" para salvar a la humanidad del Diablo, dando a pie a otra comedia de acción que acrecentó aún más su fama: "El chico de oro".

"El chico de oro" fue una comedia razonablemente exitosa que, con un presupuesto de $25 millones, hizo una caja mundial de $80 millones. Con una historia fantástica de fondo y un Eddie Murphy luciéndose a base de gracietas, se convirtió en una cinta bastante emitida en televisión en los años siguientes, lo que contribuyó a que a la chavalería de entonces le gustase.

La realidad es que, vista con ojos más maduros, la cinta es bastante bobalicona. Los personajes son de un simplismo rampante, los diálogos llegan a dar vergüenza ajena, la historia es mayormente un sinsentido y todo sucede de forma tan torpe y abrupta que es imposible no pensar que sus responsables estaban todavía verdes en aquello de hacer cine. Pero así era gran parte del cine de los ochenta: simple, noño y con poca chicha.

A Murphy lo emparejaron con la jamelga de turno, que en este caso corrió a cargo de la británica Charlotte Lewis; una jovencísima actriz (18 años) con un cuerpazo de escándalo que apenas tenía experiencia en el cine, pero cuyos rasgos ligeramente orientales (véase spoiler 2) la hacían perfecta para cualquier rol medio asiático. En cuanto al niño que es objeto de tanto follón y que da nombre a la película, resultó ser una niña de 6 años, Jasmine Reate.

La película, ciertamente, tenía muchísima más valía entonces que ahora, pues ha quedado relegada a una curiosidad infantiloide en donde Eddie Murphy se luce a gusto. Si acaso, cabe citar el empleo de un tempranísimo efecto de "morphing" que, junto con el de "El vuelo del navegante" (1986), representó los albores de una técnica que, tiempo después, Ron Howard y James Cameron popularizarían con "Willow" (1988), "Abyss" (1989) y "Terminator 2: el día del juicio final" (1991).

¿Y qué fue de sus protagonistas? Bueno, la trayectoria de Murphy es más o menos conocida. Siguió subiendo como la espuma y, a mediados de los noventa, alcanzó su cénit. Luego para abajo. Ciertamente que lo pillasen con un travelo de pago no ayudó (véase spoiler 3). Charlotte Lewis no hizo nada de gran valía y lleva ya más de tres lustros sin trabajar como actriz. Cuenta la Wikipedia que se retiró para cuidar de su madre (véase spoilers 4 y 5). La cría (mal llamada "chico") no volvió a trabajar nunca más en el cine. Harina de otro costal fue lo de Charles Dance quien, tras interpretar aquí a un chuloputas de manual, se acabó haciendo un lugar de honor en el cine por méritos propios.

En resumen, película ochentera, que no puede faltar en ninguna compilación de trabajos de esa época, y que el 99% de los espectadores valora tirando de dosis industriales de nostalgia. Hoy la ves y agradeces que cada vez sea mayor el trecho que nos separa de aquella década.

P.S.: Leyendo otras críticas, me doy cuenta de un hecho diferencial en el cine de los ochenta. Me refiero a su capacidad notable para dejar una impronta, un recuerdo especial, en la memoria de quienes fueron niños por entonces. La gente suele recordar flashes, escenas, frases, ambientaciones, con bastante fuerza, sin importar si las películas eran buenas o un truño. De hecho, casi siempre los recuerdan con más intensidad, calidad y duración de lo que fue. No sé si con los niños de los 90 y el cine de esa década pasó lo mismo. Huelga decir que el peligro de revisionar películas de la infancia en la adultez es real y grave. Puedes acabar descubriendo que tu infancia fue una gran mentira o, si cabe, una gran exageración.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jose_Lopez_5
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