Un matrimonio holandés con sus dos hijos pequeños, viajan a Francia para mudarse a una casa enorme en el campo, herencia que le había dejado la madre de ella.
La casa en condiciones deplorables, necesita muchos arreglos, que solo con el apaño del dueño de casa, no alcanzaría. Por casualidad conocen a un compatriota suyo, personaje singular y misterioso, que les echa una mano y les envía un grupo de obreros para que remodelen la casa. En éste grupo llega un apuesto joven que hace, nada más llegar, poner los ojos en la dueña de casa y viceversa.
Aquí la directora comienza a deambular entre una historia clandestina de amor, entre la dueña de casa y el guapo joven obrero, con pasajes de suspense y un drama de infidelidad con poca consistencia, haciendolo muy ligero y en algunas escenas, poco creíble.
Las actuaciones son correctas, la protagonista Loes Haverkort, con su belleza ilumina un argumento flojo, entretenido de ver, pero que jamás te llena y solo te seduce un poco.
Recomendable para una tarde de sábado bien acompañada y punto.