Lo que necesitaba el séptimo arte: otra película sobre extraterrestres y superhéroes (¿alguien dijo Superman?). Y es que Soy el número cuatro narra las peripecias de un joven extraterrestre (Alex Pettyfer), asentado en nuestro planeta, que trata de no ser descubierto por aquellos que exterminaron a su raza al mismo tiempo que intenta localizar a otros compatriotas. Afortunadamente, cuenta con la inestimable ayuda de una especie de mentor sobreprotector (Timothy Olyphant).

D.J. Caruso dirige esta cinta juvenil (casi infantil) de aventuras y ciencia ficción protagonizada por un puñado de jóvenes interpretes sin carisma (tan sólo destacaría la presencia de Teresa Palmer, la única que parece saber en qué clase de cinta está trabajando) y plagada de efectos especiales, sobre todo durante su último acto (el único que vale un poco la pena). La sensación que acaba primando es la de que nos encontramos ante una película menor, con algunos de los diálogos más estúpidos de los últimos tiempos, pero vendida como la enésima superproducción de la temporada.