¿Puede una misma vida derivar por caminos más o menos trágicos dependiendo de cómo se mire o de las decisiones que se tomen? Eso es lo que parece preguntarse Woody Allen en esta tragicomedia en la que vemos las dos caras de una misma moneda, o lo que es lo mismo, cómo la historia de una mujer (Radha Mitchell), la Melinda del título, puede dar pie tanto para un melodrama como para una comedia romántica.

No es que el tema sea demasiado original, Gwyneth Paltrow, sin ir más lejos, ya vivía una situación similar en Dos vidas en un instante (Sliding Doors), mientras que en Las vidas posibles de Mr. Nobody (Mr. Nobody) servía para rizar el rizo hasta límites insospechados. Pero Allen, para bien o para mal, es Allen y su cinta acaba yendo por otros derroteros. Y lo hace contando con un amplio, aunque un tanto irregular, reparto. Melinda y Melinda no deja de ser una cinta curiosa, pero ni de lejos está entre lo mejor de tan prolífico director.