Por mucho que te cuenten nunca bastará para que te hagas una idea de la genialidad de este clásico absoluto de Don Siegel, terrorífico es, a todas luces, poco... Bellísimo, planos recoletos, estudiados, hermosos, efectivos, Kevin McCarthy y Dana Wynter, en tacones, subiendo esa interminable colina, desde el principio hasta la cumbre, el silencio, quien compondría algo más escalofriante que el silencio de la noche donde unas vainas, metáforas de cuantas cosas, crecen para suplantar tus emotivo modo de vida...

Por mucho que te hablen de crítica desde la B, de mensaje anti, de trasuntos del comunismo, La invasión original, eso sí, aunque las demás sean muy buenas, trasciende todo eso, tal vez por ello incluso lo genere, es CINE.

La forma elegante y efectiva de resolver, situaciones, planos, diálogos, hace de su revisión una clase magistral de cinematografía.

Para fetichistas, mitómanos y otros idólatras la sensual presencia del mestizo más rápido con una cámara en la mano, Mister Peckinpah.