Excelente adaptación del videojuego del mismo nombre realizado por Konami. De todas las adaptaciones de videojuegos que se han realizado hasta la fecha, ésta es sin duda la más fiel y la de mejor calidad de todas, muy por encima de la saga Resident Evil de la Mila Jiménez... estoo, Jovovich esa o como se llame.
Bien es cierto que no tiene los mismos argumentos un espectador que haya jugado al videojuego que otro que no lo haya hecho. En mi caso sí he jugado y por ello le doy un 8, pero si no hubiera sido así hubiera bajado por lo menos 2 o 3 puntos menos. La razón es sencilla: la historia no tiene ni pies ni cabeza. Radha Mitchell va a buscar no se sabe qué a un pueblo abandonado llamado Silent Hill. De repente, su hija desaparece y empieza a buscarla por todo el pueblo. Pero al llegar allí, descubre que la carretera que la ha traído ha desaparecido y se ve atrapada. A todo esto, aparecen seres extraños sin razón aparente y personajes que sueltan su palabrería vacía y el espectador sigue sin enterarse.

Pero lo realmente bueno y excepcional es el calco de los ambientes, de los seres, de los lugares, del juego. Son poco menos que magníficos. La sirena cuando suena pone los pelos de punta, y esa oscuridad emergente que se materializa consigue un terror profundo, por no hablar de los seres que trae consigo. Son verdaderamente horrorosos, como se ven pocos en una película de terror.

Otra nota de calidad la da el traer del videojuego su magnífica banda sonora nota por nota, gran trabajo de Akira Yamaoka. Sus notas tétricas, nostálgicas y repetitivas acompañan magistralmente y se adaptan como un guante a todas las escenas.

Definitivamente, estamos ante una gran película de terror, pero se ve demasiado influenciada por el contacto previo que haya tenido el espectador al videojuego. Como ya he comentado al principio, sin ese contacto la película sólo gana con su ambientación y sus terroríficos seres, pero se queda totalmente vacía en todo lo demás.