Haz click aquí para copiar la URL
España España · Somewhere Far Beyond
Voto de Richy:
7
Cine negro. Intriga Un agente de la policía de narcóticos (Heston) llega a la frontera mexicana con su esposa justo en el momento en que explota una bomba. Inmediatamente se hace cargo de la investigación contando con la colaboración de Quinlan (Welles), el jefe de la policía local, muy conocido en la zona por sus métodos expeditivos y poco ortodoxos. Una lucha feroz se desata entre los dos hombres, pues cada uno de ellos tiene pruebas contra el otro. (FILMAFFINITY) [+]
22 de octubre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Quién si no Orson Welles sería capaz de transformar un relato insulso en una obra de arte? Eso es lo que hizo el director norteamericano con una pobre novela de Whit Masterson: reescribirla para llevarla a la gran pantalla y convertir la película en un clásico del cine negro.

“Sed de mal” es una historia de perros feroces, que se pegan dentelladas para conseguir un trozo de carne aunque sea putrefacta. Se trata de la investigación de un asesinato en un pueblo de la frontera entre México y USA, llevada por un jefe de narcóticos (Charlton Heston) que coincidía por allí pasando una velada con su recién estrenada esposa (Janet Leigh), y por el comisario municipal (Orson Welles), un tipo cuya obesidad sólo puede competir con su falta de escrúpulos. Tanto uno como el otro enseguida empiezan a recelar, hasta que los recelos se vuelven odio y cada uno busca la manera de desacreditar al otro.

La desconocida obra de Masterson dio pie a que Welles creara unos personajes con muchos matices de marcada personalidad. Desde el primer momento se sabe de qué pie cojea cada uno, y buena culpa de ello la tiene el excepcional elenco actoral del que hace gala el filme: Charlton Heston, Janet Leigh, Marlene Dietrich, Zsa Zsa Gabor, y el mismísimo Orson Welles reservándose el papel más rastrero y odioso, que a la par es en mi opinión el más interesante. Todas las actuaciones en una película así son importantes, y el glamouroso casting cumple con las expectativas para poder sustentar un guion que necesita de buenas actuaciones. Porque el guion de Welles es brillante, sin lagunas, con una cohesión argumental a prueba de bombas.

El apartado técnico es otro de los puntos fuertes de la cinta. Con el fantástico plano secuencia inicial, ya de entrada el espectador es conocedor de que no se enfrenta a una película mediocre, y esa previsión se hace realidad conforme avanza el filme. Welles maneja la cámara con virtuosismo, regalándonos gran variedad de planos que, junto con la excelente fotografía en blanco y negro de Russell Metty, conforman una experiencia visual que a más de uno sorprenderá. La trama, la ambientación, las sombras, la música… cine negro en estado puro, un género que ya en 1958 se consideraba crepuscular.

Como curiosidad, Charlton Heston fue quien convenció a la Universal para que Welles dirigiera la película con total libertad artística. Welles accedió siempre y cuando escribiera también el guion, pero el resultado final no gustó a la productora y, a espaldas de Welles, cambiaron algunas cosas. El estreno de 1958 fue un fracaso, hasta que en 1997 se reeditó el filme gracias a las instrucciones que el director dejó escritas por si alguna vez se volvía a cambiar el montaje de la película. Afortunadamente, el tiempo le dio la razón, y ahora ya podemos ver “Sed de mal” como Wells hubiera querido hacerla.

Puede que a los no acostumbrados a ver cine clásico les parezca soporífera, pero no podría catalogarla menos que imprescindible.
Richy
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow