Al final del camino

Ya sabemos que el cine español está pidiendo a gritos una renovación. Desde los tiempos de Pajares y Esteso puede que haya habido una ligerísima evolución en lo que se refiere al género de la comedia, pero el humor intrínseco de aquellas películas no ha desaparecido... Señores, no nos engañemos, la comedia española nunca evolucionará porque dejaría de ser humor español.

En esta película se repiten los mismos tópicos de toda comedia española: humor chabacano, chistes con connotaciones sexuales y aventura amorosa de enredo atípica protagonizada por Emilio y Belén... estooo, Nacho y Pilar (es inevitable, tienen la misma relación que en "Aquí no hay quien viva"). ¿Y por qué atípica? Porque no se espera que sea una insulsa película hollywoodiense con Meg Ryan donde todo es muy bonito y hay humor del que no te ríes sino que sonríes; aquí es más a lo brusco y a tirarse los trastos a la cabeza.
A pesar de ello, se deja ver con bastante facilidad. Sonríes en más de una escena y te ríes en alguna otra, y eso es lo que importa. Es una comedia simpática, con la única pretensión de hacernos pasar un rato entretenido.

El escenario no puede ser más costumbrista pero se echa de menos algo más de las preciosas vistas que tiene el Camino de Santiago. El que busque en esta película una especie de guía no la va a encontrar, y la historia en sí misma podría funcionar perfectamente en otro entorno distinto. En resumidas cuentas, es una película sobre el Camino de Santiago sin el Camino de Santiago.

Hay que verla con la misma predisposición para ver un capítulo de "Aquí no hay quien viva": la de entretenerse sin romperse mucho la cabeza.

La cuota de películas españolas insufribles aumenta en proporción a la pérdida de espectadores de las mismas.

No es un fenómeno sólo aislado al caso español pero, tal vez, en nuestro caso, es más humillante porque no se llegan hacer películas medianamente decentes que permitan el que produzcan estás producciones de relleno (sí, el que existan dos o tres películas por encima de la media al año no es suficiente).

Antena3 Films tiene que cumplir con una cuota de inversiones según la ley ¿y qué se le ocurre? Coger a los graciosos de turno habituales en sus series, subvenciones de varios organismos oficiales (cómo del Camino de Santiago) y los mismo tics que en las series “made in globomedia”.

No remonta en ningún momento y no dejas de ver a los actores en los mismos roles que les hacen repetir una y otra vez en su factoría de series (El caso de Javier Gutiérrez es ya doloroso por mucho que actúe en “Águila Roja” el gran hit de la temporada ¿Este actor no sabe cambiar nunca el Registro?).

Recomiendo hacer el Camino de Santiago o una vista virtual por Internet que entretiene más y llena más el espíritu.

A buena hora la voy a ver si sé que es tan mala.
L los paisajes podían estar mejor elegidos. ¡Con lo bonito que es el camino de Santiago!


F follar es la palabra más repetida.
I insípida en sus diálogos
N no hace ni pizca de gracia, por lo menos a mí.
A este director, le tendrían que quitar la subvención.
L lo único bueno son los dos actores principales, que tienen química, pero ni con eso.


D del gurú, no merece la pena ni hablar.
E el guión es simple y tonto.
L luego decimos del cine español, pero es que lo que hay....

C con esta película, te duermes fácilmente.
A Fernando Tejero y Malena Alterio, los podrían separar ya. Siempre es igual.
M música mala.
I increíblemente malos los secundarios.
N no te molestes en verla.
O te duermes, o te duermes

No entiendo que una película cómo esta tenga un guíon más flojo que algunos de los episodios de series españolas recientes com Aida o Aquí no hay quien viva

No entiendo que se lo curren tan poco en una comedia que podía dar mucho de sí y no se esfuercen lo más mínimo por sacarle partido sin caer en los trillones de tópicos que aquí vemos.

Se salvan algunas cosas, como Malena Alterio muy en su línea, pero que funciona, la secuencia en que las parejas intentan reconocer sus erores y se arma la gresca o incluso el idilio platónico con el cepillado de dientes como leiv motiv.

Sin embargo en general no se puede evitar la sensacíón de estar viendo una puesta al día de las comedietas de Landa y Gracita Morales, esas que ahora pueden tener cierto encanto retro-casposo-surrealista, pero para que a esta comedia le pase lo mismo habrían de pasar 40 años (ya sabemos que el tiempo cruel acaba dignificando incluso las fechorías cinematográficas más flagrantes)

Gustará a un público poco exigente y dispuesto a la risa fácil y que disfrutan las series españolas como las antes citadas o incluso algunas más mediocres.

De alguna manera "gustará" a los que siempre están criticando al cine español y le aplican todo tipo de tópicos, porque en esta peli se cumplen la mayoría de reproches que le hacen y podrán seguir cebando su simplista visión de nuestro cine y poder seguir juzgando interesadamente el todo por la parte.

Lógicamente no es una película de oscar, ni de Goyas, pero a mí me gustó. Me reí todo lo que quise, y el resto de la sala igual. Era lo que esperaba, pasar un buen rato.
Tiene un diálogo divertido, y los personajes son muy esteriotipos.
Si quieres ver una comedia española apta para casi todos los públicos, no te la pierdas.