Orange Is the New Black (Serie de TV)

De primeras puede parecer un argumento manido, más si cabe cuando la serie arranca con Piper Chapman (Taylor Schilling), una pija revenida entrando en prisión como el que entra a un centro comercial hablando de vestidos, zapatos y bodas. Nada más lejos de la realidad, la entrada de “Chapman” en la penitenciaria servirá como hilo conductor para darnos a conocer al resto de personajes. Unos personajes que conoceremos mediante el modelo de Flashback, algo que ya hizo “OZ” pero sin ser tan ordenado y por supuesto quitándonos gran parte de la violencia explícita que “Oswall” nos regalaba.
A medida que la serie avanza los personajes toman profundidad, cada gesto, cada arruga, cada guiño conlleva un drama, las decisiones que se van tomando hacen de este paseo penitenciario un vaivén difícil de predecir. A pesar que en el casting predomina el género femenino nos encontramos con guardas masculinos que ayudan, abusan o interaccionan con las reclusas, de entre los papeles masculinos cabe destacar la recuperación de Jason Biggs, que prueba suerte en la televisión con un papel con ciertas similitudes al que le catapultó a la fama en la saga “American Pie”.
Un paralelismo con la realidad abrumador, donde las tramas raciales se ven edulcoradas en el forma pero no el fondo, donde el machismo lo marcan las mujeres y donde el papel del hombre queda solo expuesto en el mando y la autoridad, unas interpretaciones brillantes sobre unas historias de personas es lo que nos ofrece Orange Is The New Black, la nueva joya de Netflix.

a serie pasa de la comedia al drama con una elasticidad enorme gracias a un buen guión y aunque en apariencia la cárcel parezca un parvulario, entra de lleno en la personalidad de cada protagonista, en cada episodio alguno más frágil, los personajes que va conociendo la protagonista Taylor Schilling, se cuenta con momentos en modo de flashback, haciendo que la serie sea más interesante y dinámica. Con unas interpretaciones creíbles, hace de la serie, complaciente en superficie y profundamente en HUMANIDAD

Tiene un enfoque totalmente distinto, sí es una serie de cárceles pero trata del día a día de las reclusas y no de su afán por escapar. Lo más interensate es decubrir como personas tan distintas y de diferente status han acabado en el mismo sitio.
Lo que más destaca de la serie son las relaciones que se desarrollan entre ellas, relaciones que posiblemente no se habrian llegado a producir nunca sino hubieran acabado en prisión.
Lo único malo de la serie a resaltar es la intro....es horrorosa.

A Kohan y compañía se les va un pelín la mano con la cosa del optimismo y lo de desdramatizar la vida en la trena , a veces casi hasta parece que quieran venderte que aquello es como el patio de un instituto que no cierra nunca .
Pero no recuerdo , y creo que nunca me ha pasado antes , la última vez que estuve tan convencido de que absolutamente TODAS y TODOS ( aunque son menos ) los personajes secundarios de una serie mereciesen un maldito Globo de Oro , Bafta o Emmy para cada uno .

Conforme pasa la serie en mejor serie se convierte. Es muy completa y mezcla generos de una forma magistral. Gran guión, muchos personajes fuertes, con los que te vas encariñando y haciendo grandes como esta serie. Muy recomendable. Un placer.