Arma mortal 2

Después del éxito de la primera entrega solo tardó dos años en llegar la secuela de la saga dirigida por Richard Donner y producida por Joel Silver, con cada uno de los intérpretes que habían destacado de la primera, a excepción de los villanos que obviamente murieron en el primer film. Entre sus novedades Arma Letal 2 cuenta con Joe Pesci, que desde entonces empezó a formar parte de la saga en el resto de la franquicia.

La historia continua dos años después de lo sucedido en la primera parte, cuando Riggs (Gibson) y Murtaugh (Glover) llevan ya tiempo trabajando juntos e investigan un caso de blanqueo de dinero que les lleva a tener que a proteger un testigo, Leo Getz (Pesci), y enfrentarse a miembros diplomáticos sudafricanos (Joss Ackland y Derrick O'Connor) que se encuentran tras él. Riggs esta vez además, tendrá ocasión de enamorarse pues inicia una relación con la secretaria de los villanos del film (Patsy Kensit).

Bastante lineal segunda entrega de una saga que a medida que avanzaba iba menguando en calidad. Aquí encontramos un guión calcado al de la primera entrega cambiando el negocio de los villanos, añadiendo una relación amorosa de uno de los protagonistas, y sumando un nuevo actor, Joe Pesci, que acabaría por resultar irritante a medida que ganaba protagonismo. Pero el peor cambio que sufriría Arma Letal 2 se encuentra en la ausencia de conflicto dramático por parte de los personajes principales, se puede decir que a partir de aquí Arma Letal pasó a convertirse en una saga plagada de escenas que encajarían perfectamente en cualquier comedia de situación americana.

Pero tampoco hay que engañarse, a pesar de la repetición del concepto Arma Letal 2 sigue funcionando, ello es debido a los mismos aspectos que hicieron de su precedente una gran película: la dirección de Donner, en especial su labor en las múltiples escenas de acción, la simpatía que destila su pareja protagonista y los actores que los encarnan, todo ello hace que el resultado sea bastante aceptable.

En los demás apartados siguen repitiendo los mismo artífices de Arma Letal, la fotografía de Stephen Goldblatt, que pasa algo más desapercibida en esta ocasión, y la música de Michael Kamen que se deja acompañar por el reputado saxofonista David Sanborn, tan infructuoso como Eric Clapton en la primera parte.

Repiten todos los actores, Gibson y Glover en plan cachondo (solo Gibson vuelve momentáneamente en el clímax a la mala leche de los orígenes de su personaje), esta vez se les suma un molesto Joe Pesci encarnando un personaje que han de proteger de los villanos del film, encarnados por Joss Ackland y Derrick O' Connor, villanos que por cierto no están a la altura de lo esperado y sonrojan en comparación a Gary Busey (Arma Letal) o Jet Li (Arma Letal 4). Por último, la lamentable actuación de la cantante pop del momento, Patsy Kensit, que por suerte para todos dura poco en pantalla, viendo su talento se hace fácil de comprender porque su carrera cinematográfica no ha tenido repercusión alguna.

Entretenida y ligera segunda parte con algo menos de pretensiones artísticas (que no económicas) que la película a la que continua, pero que todavía conserva bastante interés debido a que aún no se había agotado la fórmula.

Poquito a poco iba esta saga mejorando, pues si la primera parte fue buena además de todo un éxito esta es aún mejor, ya que contiene más acción y diversión que la anterior entrega. Y todo eso gracias a que el director fue el mismo de la primera parte (al igual que en la tercera y cuarta entrega de esta fenomenal saga de polícias) lo que significa claramente que hubo suerte, porque si hubieran cambiado de director y hubiese sido un novato que no tiene ni la más mínima idea de como se hacen buenas películas de cine habría estropeado casi todas las pelis de esta saga.

Lo dicho, mejorada segunda parte que desde luego merece la pena ver si te gustó la anterior, porque es cojonudamente guay.

Argumento:

La pareja de policías formada por Martin Riggs (Mel Gibson) y su compañero Roger Murtaugh (Danny Glover) se enfrenta ahora a una poderosa organización surafricana de traficantes de droga que opera en Estados Unidos. Su misión principal es la de proteger al testigo protegido Leo Getz (Joe Pesci), un alocado contable que ha blanqueado dinero para la banda y que en unos días va a testificar contra ellos. (FILMAFFINITY)

Juicio:

Dignísima y espectacular secuela de "Arma letal" que aprovecha fielmente el tirón de la original y hasta continúa las historias personales de los protagonistas otorgando una nueva dimensión a sus historias. Además de una acción más trepidante y evolucionada y un ritmo potente y dinámico. Cine de evasión y policíaco de calidad.

La saga ‘Arma letal’ tiene el honor de haber envejecido bastante bien, siendo todo un verdadero espectáculo de acción y explosiones... y no son un puñado de efectos especiales generados por ordenador. Eso es lo que hace tan única a esta "serie" (y otras muchas cualidades) y a muchos films de los 80/90.

A nivel personal me divertí mucho con esta segunda entrega. Quizás sea que Riggs y Murtaugh ya se conocen y pueden centrar todo su tiempo en ofrecer acción a raudales, en vez de pasar media película con sus presentaciones... En esta secuela todo es más conciso y directo. Prueba de ello es la primera escena de la película que empieza con una persecución de casi 15 minutos que haría palidecer a cualquier persecución actual: tiros, explosiones, derrapes, coches por los aires dando vueltas de campana y un desatado Mel Gibson haciendo locuras tras el malo. Esto es un breve adelanto de lo que nos espera en la cinta.
La dirección volvió a correr a cargo de Richard Donner que demostró saber hacer evolucionar la saga y los personajes, profundizando mucho más en las inquietudes de estos y en cómo un policía asustado es más útil para los malosos que un policía muerto.

Nuevamente Mel Gibson y Danny Glover vuelven a estar soberbios como dueto policial, compartiendo con mucho humor sus actividades policiales y teniendo que arriesgar sus vidas a cada segundo. Además, un nuevo personaje haría acto de presencia en la saga: Joe Pesci interpretando a Leo Getz, un tipo que se destaparía como el graciosete de la franquicia, el que se hace ganar el cariño del público y el que cuenta constantemente chistes malos aportando las dosis de humor necesarias para la saga.

En definitiva: 'Arma letal 2' es una muy buena continuación de un clásico con acción sin apenas descanso. Cine cien por cien artesanal, a la vieja usanza. Donner nos vuelve a demostrar que segundas partes no tienen porque ser malas si se saben hacer bien las cosas y se ponen las suficientes ganas para ello.

-Lo mejor: La consolidación de la pareja Gibson & Glover. La novedad de Joe Pesci. Toda la acción.

-Lo peor: Que ya no se hagan películas como las de esta franquicia.

-Más en: www.cineycine.com

"Arma letal 2" no es una película filosófica que te haga ver el mundo de una manera diferente cuando salgas de la sala de cine. No obstante, su gran ventaja es que es perfectamente consciente de sus limitaciones. Dentro de su género de cinta palomitera con balas de alto voltaje, es un perfecto exponente de cómo rentabilizar en taquilla de forma muy eficaz.

La química entre Mel Gibson y Danny Glover, ya muy visible en la primera entrega, se ve potenciada aquí por Richard Donner, cineasta que sabe muy bien qué darle a su público. Persecuciones en coche, explosiones, tiroteos y el carisma del dueto mientras están en pantalla. Se añade un acierto de casting, nada menos que Joe Pesci, quien podría hacer su papel de testigo protegido irritante con los ojos cerrados.

"Arma letal 2" mete en esta ocasión a unos malos malísimo de Sudáfrica, aunque da lo mismo de dónde hubieran sido, resultando villanescos y rufianes en cada parcela de su ser, motivo perfecto para que gocemos cada vez que uno de los polis les haga volar por los aires.

Y es que así está el tema cuando uno de los dinamiteros locos tenga la mala uva de colocar una bomba en el cuarto de baño de uno de los agentes. En lo absoluto un film refinado, pero un metraje adictivo y que no se hace pesado en ningún momento.