Bésame, tonto

Aunque es considerada una obra menor del gran Wilder, a mí me ha parecido deliciosa, me ha hecho pasar un rato muy agradable. Los actores, como siempre en el cine de Wilder, están estupendos. En especial y, como siempre, los secundarios: Me ha encantado el amigo orondo del protagonista.
Los diálogos son chispeantes y plenos de ingenio (en especial los que se dan entre los dos músicos aspirantes a famosos) y, aunque la película decae un poquito a mitad del filme, en todo momento se sigue con interés y con una sonrisa en los labios.
¿qué más se puede pedir? Pues solo una cosa para que fuera totalmente redonda y merecedora de un rotundo 10: que aparecieran Jack Lemmon y Walter Matthau

El erotismo es el tema central de esta comedia de Billy Wilder. La película comienza con un travelling sobre una enorme grúa en el exterior del club de Las Vegas donde realiza su última actuación Dino (un Dean Martin haciendo de sí mismo en brillante autoparodia). El empleado de gasolinera y músico aficionado Barney Millsap (Cliff Osmond) se desplaza siempre en un vehículo que dispone también de una grúa. Al llegar a la casa de su compañero de aficiones musicales, Orville J. Spooner (Ray Walston), nos dan la bienvenida dos cactus bastante prominentes. Al atender a Dino en su estación de servicio, Barney olvida sus obligaciones y la manguera chorrea abundantemente sugiriendo el orgasmo que le produce la presencia del famoso cantante. Para agasajar a éste compra una botella de vino italiano de larguísimo cuello. Casi todas las bailarinas del club se insinúan a Dino. La mujer de Orville, Zelda (Felicia Farr), es una esposa extremadamente activa. Y Polly (Kim Novak) es, con justicia, la máxima atracción de "The belly button".

La obsesión por triunfar de la pareja de músicos aficionados es un detonante para la acción pero no el eje central de la película. Como tampoco lo son los celos obsesivos ( y divertidísimos para el espectador) de Orville con su mujer. De nuevo, son necesarios para provocar la inesperada situación y casi desaparecen a partir de un cierto momento.

Walston está genial encarnando al neurótico Spooner. Realmente algunos de sus arranques parecen beethovenianos aunque, en lo musical, esté lejos de su modelo. Su pareja con Osmond recuerda un poco a la de Lemmon y Matthau en "En bandeja de plata" pero no creo que este tándem mítico lo hubiera hecho mejor que ellos. Farr es un encanto pues es al mismo tiempo esposa cariñosa y mujer seductora. Kim Novak borda el papel de prostituta inocente, aunque diferente de la Irma de Shirley MacLaine. Y Dean Martin se burla un poco de sí mismo. El director se encarga de decirnos lo que opina de sus chistes a través del camarero que no se ríe.

Lo único que le reprocharía a esta película (como a otras de Wilder) es que es demasiado larga, especialmente la cena.

El gran Billy Wilder nunca decepciona, cuando se proponía contar buenas historias, lo conseguía, era un maestro, uno de los mejores.

No ha habido película que haya visto de él que no me haya gustado y que no me haya dejado pensativo y me haya hecho reflexionar sobre aspectos morales.

Muchas veces cuenta sus historia como una “simple comedia”, pero todo eso es formal, era un maestro del género, siempre pensamos que las comedias son un género inferior, pero es porque las comedias románticas actuales han inflavalorado el género hasta ese punto, pero cuando se ven las comedias de Wilder, se ven obras maestras.

Unos guiones impecables, unas actuaciones magistrales, y todo ello bajo la mano del gran maestro del cine, asi eran sus comedias, muy grandes.

Esta película empieza a lo tonto como una historia simple y barata, pero esto va girando hasta convertirse en una historia reflexiva sobre el matrimonio y las relaciones sentimentales.
El planteamiento final es genial, la pregunta que suelta al final es magistral y me sorprende de como Wilder se atrevía a tocar ciertos temas y de cierta manera en una época en donde Hollywood no se podían hablar abiertamente, la infidelidad e incluso la prostitución salen a la luz sin ningún tipo de tapujos, pero todo es elegante y sofisticado.

Estamos ante la mano de un único maestro, pues la manera en como trata las cosas solamente puede ser de una mente como la suya, es sin duda, uno de los grandes de la época.

Me ha encantado la película, a veces tiene ese sentido de humor pasado de moda, pero la esencia es eterna y sus planteamientos son iguales.

Un gran comedia.

Billy Wilder otra vez demuestra que es un gran guionista, lógicamente no hace falta que también diga que demuestra ser un gran director, se da por contado, pero esta vez no parece "igualarse" a sus otras comedias, se ha dicho que falta Lemmon y Matthau, claro que se hubiese agradecido, pero por ejemplo en "Uno, dos, tres" está Cagney y la película está muy igualada a sus otras con dicha pareja, no me gusta encasillar a un director, decir que solo funciona con los mismos actores, en el caso de Wilder no es cierto, que se encuentre más agusto con uno que con otro es normal.

La elección de actores, Kim Novak, Ray Walston, Felicia Farr y Cliff Osmond me parece atractiva, pero sin embargo Dean Martin lo veo demasiado antipático, aunque ese toque de canalla le queda bien, un crooner tenía que hacer el papel, y a Frank Sinatra o Bing Crosby no me los imagino en ese personaje.
No quiero enrollarme, la película se disfruta bastante, pero como estamos acostumbrados a que Wilder nos deje satisfechos al 99% parece defraudarnos, pero no, no es para que digamos eso.

Wilder está entre los maestros del cine, por ello abordó diferentes géneros y en todos ellos los realizó de manera sublime pero es en la comedia donde sus guiones rozan esa maestríay a la vez simplicidad-.
Dotado con ese talento , para hacer unos guiones con gracia e ingenio, y para sacar de cada actor lo mejor, el resultado es una comedia a lo Wilder.
Ver una película de Billy Wilder es gozar un poco del paraíso, así que a disfrutar de ello.