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Austin Powers: Misterioso agente internacional

Comedia. Acción Primera aventura de Austin Powers (Mike Myers), un peculiar y atractivo espía de los años sesenta, cuyo principal enemigo es el doctor Maligno (interpretado también por Myers). Tras ser ambos sometidos a un proceso de congelación, se despiertan treinta años después en una sociedad completamente distinta a la que conocían. Sin embargo, ellos siguen siendo los mismos. (FILMAFFINITY)
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Críticas 38
Críticas ordenadas por utilidad
6 de junio de 2014
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Acabo de ver la trilogía completa de Austin Powers y no me resultó tan cómica como yo esperaba recuerdo que hace bastantes años las había medio visto las 3 partes y creía que eran muy graciosas pero ahora veo que estaba equivocado.

Esta primera parte resulta original tratándose de una parodia de James Bond, por lo menos a mí me resultó original y es medio entretenida y con varias escenas y diálogos graciosos pero en general es menos graciosa y entretenida de lo que debería ser y se pone pesada en demasiadas ocasiones.

Aquí tenemos un tipo de humor demasiado escatológico y asqueroso, creo que se pudieron evitar ciertas escenas y de paso hacer la película más corta, creo que así hubiera ganado más puntos.

Lo que estoy haciendo aquí es mencionar más que todo sus puntos débiles porque creo que si se hubieran minimizados, hubiese sido una mejor película aun sin necesidad de suplir esas partes eliminadas.

De las actuaciones no merece la pena hablar, es una comedia paródica y actuasen como actuasen me parecieron ni bien ni mal. La música si me pareció muy buena, de hecho me pareció excelente.

Y para terminar, me hubiese gustado bastante que hubiese habido más referencias a la saga de James Bond y sus emblemáticos personajes como “M” “Q” o Moneypenny.
Daniel Quintero
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2 de abril de 2011
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Austin “Danger” Powers (Mike Myers) es la suma de todos los héroes del espionaje cinematográfico de la década de los 60s, como lo fueron James Bond (Sean Connery), Matt Helm (Dean Martin), Derek Flint (James Coburn) y Napoleón Solo (Robert Vaughn) entre otros, pero con un estilo en forma de parodia y sátira. Para el 1967 todos estos personajes del espionaje llenaban las pantallas del cine y la televisión, pero treinta años después sus estilos los resucita Austin Powers, pero para burlarse de ellos.

Austin Powers es un torpe agente del Servicio Secreto Británico, un hombre irresistible para las mujeres (desde su punto de vista), un desastre en la defensa personal y sobre todo, su estilo sesentón de mal vestir impresiona a todos. Pero cuenta con una gran ayuda en la sensual y bella Vanessa Kensington (Elizabeth Hurley), que lo sacara de todos los aprietos en donde se encuentra.

El film nos presenta la sátira como expresión artística. La película tuvo un presupuesto de $17 millones y generó por venta de taquillas la cantidad de $68 millones, más $24 millones por la venta de alquiler en los videoclubes, además recibió ocho nominaciones a diferentes premios en festivales de cine, de los cuales ganó tres de ellos.
operez
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1 de noviembre de 2015
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El género de las películas de espías y agentes secretos me lleva a sensaciones curiosas. Generalmente, disfruto más de la parodia que del original. Me resulta más fácil proyectarme en el inefable Súper Agente 86 que en el sofisticado e infalible James Bond. Por ello, la premisa de Austin Powers me parece divertida, especialmente por la idea de que un agente de los 70 (acostumbrado al amor libre, no cepillarse los dientes y un lenguaje obsoleto desde el momento en que salió al mercado) sea criogenizado y despierte en el presente.

Tanto el agente como su Némesis (un malvado doctor que está sacado de la hemeroteca de 007) están interpretados Mike Myers, así que más vale que te guste este actor antes de disponerte a semejante empacho. Como fuere, el film tiene varios hallazgos divertidos y Austin cuenta con la fortuna de compartir aventura con una sexy compañera interpretada por Elizabeth Hurley.

Una advertencia contra el doblaje castellano del film, aunque es cierto que hay juegos de palabras y expresiones de imposible traducción.

Chabacana y con un punto grotesco, no deja de presentar puntos de interés que pueden despertar la sonrisa.
El Libanés
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17 de marzo de 2020
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Simpática película satirizando los primeros James Bond. El protagonista es un anti-James Bond. Este es bajito, feo, con horrible dentadura y un anacronismo viviente: Sigue vistiendo, comportándose y ligando como en los 60-70.
Por supuesto todas las féminas caen rendidas ante sus "encantos" pese a la perplejidad del sector masculino.

Argumento típico de James Bond luchando contra Spectre. Pero Mike Myers va acompañado de la preciosa Elizabeth Hurley (y sólo por la delicia de verla cada vez que aparece en pantalla ya merece la pena ver este simpático bodrio).
Las cortinillas con Myers bailando o en poses hindúes me parecen encantadoras. Y el desfile en la secuencia de entrada con la música "Soul Bossa Nova" de Quincy Jones es oro molido. Así de claro.
Pero mi favorita es la escena del desayuno con Hurley mientras desayunan y se mueven (presuntamente desnudos) se les tapa "todo" en el último momento. Entrañablemente picarona.

Hay que reconocerle otro mérito: Es una película que se ríe de todo. Incluso de sí misma.
Jose Solo Z
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23 de mayo de 2020
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En 1.997 llega la segunda aventura del incombustible Bond protagonizada por Pierce Brosnan, "El Mañana nunca Muere", pero también nace otro agente secreto cuya carrera hacia el éxito despegó de forma lenta aunque al final arrasó en taquilla.
Y no hablamos de otro que Austin Powers, tan querido por muchos como muy odiado.

El artífice responsable fue el canadiense de padres británicos Michael J. Myers, cómico un tanto insoportable salido de las filas de "Saturday Nigth Live" y que se haría muy popular gracias a la descacharrante comedia "Wayne's World". Pero resulta que empezaba a perder credibilidad tras un par de fracasos y le llegó el mazazo de la muerte de su padre. Pero como una revelación inesperada, tras escuchar el "Look of Love" de Bacharach (disco que aparece en el film), Myers decidió crear un alocado personaje en tributo a todas las comedias inglesas de los '60 que vio junto a su progenitor y con las que había crecido.
De aquí saldría un proyecto que no sólo iba a parodiar las peripecias del celebérrimo Bond, sino todas las parodias del mismo estrenadas en los años del "flower power" ("Flint, Agente Secreto", el clásico "Casino Royale"...), y en el cual colaboraría Demi Moore como productora, un sinfín de estrellas invitadas y significando el salto a la gran pantalla del guionista Jay Roach. Ni hay el minímo rastro de vergüenza en todo esto ni los responsables lo van a ocultar, por supuesto, y esto queda claro desde el inicio con la impagable presentación de ese maligno Dr. "Maligno" cuyo único deseo es ver bajo tierra a su némesis.

Y es el mejor agente secreto que existe, Austin Powers, quien en plenos alegres y psicodélicos '60 tiene el mundo a sus pies, rodeado de fama, gloria y mujeres hermosas que se derriten por sus huesos y su escandalosamente destacada dentadura. Un primer tramo en este colorido ambiente "kitsch" que pone de manifiesto los elementos convertidos por Myers en absurda parodia (los villanos grotescos, los espías atractivos y musculosos y todos los clichés habidos y por haber de este tipo de cine); "Maligno" se criogeniza para despertar en el futuro y hacer el Mal y así el mismo Powers, que le sigue para pararle los pies. De este modo despiertan treinta años en el futuro, a finales de los '90.
Será en este escenario actual, y a partir de una ridícula escena de descongelamiento (que recordará a "Agente 007 contra el Dr. "No" " o quizás a "El Dormilón"), donde continuarán sus aventuras. Pero esta batalla entre ambos no será tan interesante como el duro proceso de adaptación a esta década que deben afrontar, sobre todo Powers. Personaje completamente anacrónico lanzado a un mundo frío, cínico y hostil, que ha evolucionado muy deprisa, donde ya no hay rastro del sueño "hippie", ni de la psicodelia, ni de los tocadiscos, donde las multinacionales han tomado el relevo de aquellas misteriosas organizaciones del Mal y sobre todo donde el amor libre es impensable por culpa de ideales demasiado políticamente correctos.

Sin duda una década complicada. Aburrida. Aun así, y ayudado por la preciosa Vanessa, hija de una antigua compañera, Austin no se detendrá hasta encontrar a su enemigo, que amenaza al Mundo con una cabeza nuclear; mofa de los clichés al decir éste "¡bueno, pues haremos lo que hacemos siempre!", y por un rescate de...¡un millón de dólares! (perdón, 100 mil millones). Tampoco Roach rebaja el ritmo y sigue bombardeándonos con una serie de "gags" encadenados heredados de la escuela Zucker/Abrahams/Zucker tan disparatadamente absurdos que cuesta no irritarse con ellos, sobre todo cuando el director decide estirar los chistes, a veces de muy mal gusto, hasta el tedio, todo ello regado con la alocada extravagancia del Russ Meyer más psicodélico.
Pero en este humor, que por desgracia le coge el gusto de decantarse por la vía de lo escatológico y lo sexual, también encierra un tono mordaz, de burla, con el cual Myers ataca todos aquellos estereotipos del universo de los films de espías de los '60, situaciones, elementos y personajes que ya no funcionan en un contexto actual, que quedan desfasados y patéticos, siendo muestra de ello los poco originales planes del Dr. "Maligno" ("¡Puedo ir a por la pistola y pegarle dos tiros ahora mismo!"; al final Scott resulta ser la voz de la lógica, con la que simpatiza el espectador).

Divertidos homenajes pasados por el filtro de lo idiotesco a Peter Sellers, Harry Palmer, Matt Helm, Derek Flint y toda la saga Bond (con momentos de "Sólo se Vive dos Veces", "James Bond contra "Goldfinger" ", "Operación "Trueno" " o la mencionada "Agente 007 contra el Dr. "No" ") que unido a los impagables diálogos y actuaciones resultan en un cóctel psicotrónico, como las de un joven Seth Green, Robert Wagner, Michael York, Charles Napier, Will Ferrell, Carrie Fisher, Tom Arnold, Christian Slater (si es que la lista es inmensa...) y la preciosa Elizabeth Hurley. Pero algo difícil es reparar en ellos cuando Myers, por partida doble (encarnando al protagonista y al villano), acapara toda la atención.
Y lo hace intentando batir el récord de máximas expresiones faciales grotescas, movimientos ridículos y frases estúpidas en menos minutos, y se nota que disfruta haciéndolo. Como él no estamos ante un film ambivalente, sino ante su más directo contrario: o te gusta o la odias (alguien encontrará un punto intermedio, como yo), y tal vez por culpa del desastroso doblaje al castellano, cosa que ya nos ha pasado y de la que no nos libramos ("Little Nicky", "Kung-fu Hustle"...).

Se ganó el favor del público y no de la crítica demostrando Roach su buen hacer en este tipo de comedias (antes de darle por los dramas socio-políticos) y generándose tal éxito que poco después llegaría una secuela, mucho menor.
Por mi parte, si he de elegir un título que parodie el cine de espías y un espía que parodie a Bond yo me quedo con "Casino Royale" y Johnny English...
Chris Jiménez
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