Maléfica

La historia de la Bella Durmiente clásica pasa a otra dimensión con esta revisión del cuento. La ambigüedad de los personajes y el nuevo giro a la dicotomía Bien / Mal es mucho más elaborada y madura en esta película al servicio de una Angelina Jolie a la que el papel le va como un guante. Los efectos son vistosos y resulta una aventura entretenida y diferente, que viniendo de la factoría Disney se podría tildar incluso de algo atrevida.

Ópera prima del director Robert Stromberg, donde Disney modifica el clásico cuento de “La Bella durmiente” y convierte al Rey Estefan en un ser ambicioso, a Maléfica como una víctima de buen corazón (incluso fuerza motriz del manido “amor verdadero” que tanto gusta a Disney) y a las antes entrañables Flora, Fauna y Primavera como tres hadas excesivamente tontorronas. Tampoco me las voy a dar de ofendido por el cambio. En realidad, no me irrita porque nunca me he sentido fan acérrimo de ningún cuento de Disney ni de ninguno de sus personajes, sin embargo, creo que no es necesario.

Dicho lo cual, la puesta en escena es espectacular, los efectos visuales óptimos y el vestuario muy trabajado.

En general me parece flojita, pero no horrible… a pesar del esfuerzo de la actriz que interpreta a Aurora por que así sea… la actriz resulta profundamente irritable.

El debut de Stromberg en la dirección, y sobre todo en la factoría Disney resulta absolutamente demoledor, en no pocos aspectos, dada su audacísima propuesta. A lo que contribuye no poco lo que podría ser la presencia protagónica de una de las actrices menos Disneynianas, que, a lo menos en mi opinión, se podría haber imaginado en el panorama holliwoodiense actual.

Con un valor innovador, que raya la desvergüenza más absoluta, el hasta ahora director de arte y efectos especiales irrumpe y casi profana el "Santo Santorum" por excelencia del espectáculo moderno norteamericano, para superar de una vez por todas la visión adocenada "lombrosiana" del mal que Disney y sus secuaces llevan metiendo a marchamartillo en infantes y adultos, para en un alarde de revisionismo que roza lo hereje, pervertir con imágenes de engañosa belleza meliflua, el cuento original, no dándole nuevos enfoques, sino una vuelta completa del revés. ( Se diría que Stromberg nos presenta un pastelito de San Valentín, y a posta, con absoluta premeditación lo envenena con cianuro)

Stromberg, elude de esta forma el trillado "determinismo" de Disney, para superar la dicotomía buenos- malos y hacer con ello una auténtica y malévola parodia tanto del bien, (especialmente de éste) como del mal, en el que se ponen sobre el tapete las razones y motivaciones del mismo, sin obviar las alusiones de pasada a lo escabroso (temas como la perversión del bien, la corrupción de la inocencia, o la mismísima violación están ahí, aúnque sólo sea de forma sutilmente sugerida, para que la película pueda llegar sin problemas a todos los públicos. Y ahí, precisamente, más que en los impecables efectos millonarios o las interpretaciones (excelente la Jolie) está la magia adulta del film, algo que, lamentablemente se pierde por completo en su mucho más vulgar secuela.

Lástima que la Disney se traicionara a si mismo y casi de forma instantánea, renunciando al mensaje propuesto, volviera por los edulcorados senderos que han llenado sus arcas a lo largo de décadas. ahí están para demostrarlo las idioteces de reyes leones y otras de su estilo.

Una impecable visión y una excelente película a no perderse. Lo mejor: los puristas de la tradición Grimm se han sentido molestos. Creo que fué Risto Mejide el que en cierta ocasión dijo que si algo molesta a alguien, vale la pena exponerlo y publicarlo, (aúnque sólo sea por eso) "Chapeau"

La revisión del clásico cuento de La Bella Durmiente, un cuento de tradición oral, llegó de la mano de Robert Stromberg, quien se apoyó en unos cuantos nombres importantes, en una banda sonora que en ocasiones suena a Horner y en otras a Newman y en unos efectos especiales de los que hacen afición.
Bien, sin más, la criatura Jolie; bien, sin más, Elle Fanning, más sonrosada de lo que aparece en los anuncios de cosméticos y lineales, también, los otros miembros del reparto, grandes secundarios que lo fueron en otras historias en las que, al final, no faltaron, tampoco, los que comieron perdices.
Buen entretenimiento el que proporciona MALÉFICA, que pone una cara bonita al tenebroso y maligno personaje secular. Una Maléfica de cara bonita que encarna a la vez al Amor Verdadero y que recuerda, de pasada, lo que decía Lord Byron al respecto de la amistad.

Maléfica es una película de fantasía que nos cuenta la historia del personaje homónimo, el hada malvada que maldice a la princesa Aurora en el cuento clásico de La Bella Durmiente. Sin embargo, en esta versión, se nos muestra el pasado de Maléfica, sus motivaciones, sus sentimientos y su relación con Aurora, que no es tan simple como parece.

Está protagonizada por Angelina Jolie, que hace un gran trabajo interpretando a Maléfica con carisma, elegancia y complejidad. Su maquillaje y vestuario son impresionantes, así como sus alas negras y sus cuernos. Elle Fanning da vida a una Aurora inocente y dulce, que contrasta con la oscuridad de Maléfica. El resto del reparto cumple con su papel, aunque no destaca especialmente.

La dirección de Robert Stromberg es correcta, aunque no muy original. El guion de Linda Woolverton tiene algunos aciertos, como el giro que le da al cuento original y el mensaje sobre el amor verdadero, pero también algunos fallos, como la falta de profundidad en algunos personajes y situaciones. La música de James Newton Howard acompaña bien a las imágenes, que son espectaculares en algunos momentos, sobre todo en las escenas de acción y magia.

En definitiva, Maléfica es una película entretenida y visualmente atractiva, que nos ofrece una nueva perspectiva sobre un personaje icónico de Disney. Sin embargo, no es una obra maestra ni una película memorable, ya que tiene algunas carencias en el guion y la dirección.