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La oveja Shaun: La película

Animación. Comedia. Aventuras. Infantil Cuando Shaun decide tomarse el día libre y divertirse un poco, se encuentra con que va a tener más acción de lo que esperaba. Las trastadas de Shaun acaban por lograr que se lleven al Granjero, así que Shaun y el rebaño han de viajar a la Gran Ciudad y rescatarle. ¿Encontrará Shaun al Granjero en ese mundo extraño y desconocido de la Ciudad antes de que se pierda para siempre? (FILMAFFINITY)
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Críticas 29
Críticas ordenadas por utilidad
27 de septiembre de 2015
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine mudo se las tenía que arreglar para contar historias sin el uso de la palabra. Como la narración tenía que ser en imágenes y no en intertítulos explicativos, esta disciplina artística desarrolló un lenguaje basado en fotogramas cargados de contenido. El propio Hitchcock instaba a recurrir a la palabra sólo cuando no había otra manera de explicar lo que se pretendía. En pleno 2015 hipertecnológico, "La oveja Shaun: la película" (2015) demuestra que todavía se puede contar una historia a la vieja usanza, y, en su afán visual no exento de sonido, burlonamente elimina el lenguaje oral hasta de los personajes humanos. El resultado es un ejercicio de lucidez narrativa y ligereza rítmica que apunta a la comedia y dispara al clown, ése que dio sus mejores obras precisamente en la etapa muda, cuando el gag era exclusivamente visual.

Ésta, y otras críticas, en http://blogquenuncaestuvoalli.blogspot.com.es/
Yago Paris
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24 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
30/08(14/02/16) Notable film en animación stop-motion, cinta que hace las delicias de pequeños y no tanto. La ya mítica compañía Aardman (creada por peter Lord y David Sproxton en 1972), especialista y revitalizadora del estilo stop-motion, se lanza con éxito a regalarnos un largometraje basado en la maravillosa serie homónima que arrancó en 2007 con episodios de 7 minutos, van cuatro temporadas (2007-2009-2013-2014), con 130 episodios, siendo emitidos en más de 180 países, que a su vez es un spin-off, del buque insignia de la factoría, “Wallace y Groomit”, la oveja Shaun aparece en el cortometraje ‘Wallace & Gromit: Un esquilado apurado’ (Nick Park, 1995), este ganó Oscar al “Mejor Cortometraje Animado” en 1996, 7 años reapareció en “Wallace & Gromit's cracking contraptions”. En el film han trabajado unas cien personas, 20 animadores y 30 modelistas, con 354 muñecos utilizados 354 (157 humanos y 197 animales, 114 ovejas y 21 modelos de Shaun). El resultado es un evocador film que a los mayores nos retrotrae cual máquina del tiempo a nuestra niñez, con un desarrollo trepidante, que aúna con ingenio un discurrir orgánico de situaciones donde prima el slapstick, como formidable homenaje al cine mudo, ya que los personajes no hablan, con lo que el poder de la imagen es fundamental.

Estamos en una granja, hay un rebaño de ovejas liderado por la inteligente Shaun, un perro pastor, Bitzer, que intenta mantener el orden, el granjero mantiene una rutina que hace que las ovejas deseen romper con ella, con lo que idean tomarse un día libre sin que les atosigue ni el granjero, ni el perro, pero el plan se les va de las manos, y provocan que el granjero vaya a parar a la Gran Ciudad y pierda la memoria. Shaun decide ante el caos en la granja ir en busca del granjero, derivando en una gran aventura, en la que aparecerá un aliado en un perro callejero y un villano en la figura de Trumper, un caza-animales callejero.

Destacar su alegoría sobre la fábula orwelliana referente a “Rebelión en la granja”, los animales de una granja rebelándose contra su dueño, son las ovejas, pero los que sacan partido y se aprovechan son los cerdos, haciéndose con la casa y disfrutando de ella hedonistamente, “La contrarrevolución” se produce en la ovejas cuando se dan cuenta que no tener al dueño supone el caos y la anarquía, notándolo en que se quedan sin comida, con lo que se ven en la obligación moral y afectiva al final de intentar hacer regresar al “amo”

Dirigen con vigor los debutantes Richard Starzak y Mark Burton (también guionizan), en lo que es un canto a salirnos de vez en cuando de nuestra ordinaria vida, de darnos un descanso a la rutina del trabajo los quehaceres diarios. También entre su temario toca temas como la amistad, la lealtad, el sentido del deber, los marginados sociales, el arraigo a un lugar, el trabajo en equipo, el cariño a los animales, la jerarquía en la sociedad, el contraste entre la vida en la ciudad y la rural, se ríe con mordacidad de las modas, de las celebridades fatuas, y de las redes sociales. A pesar de prescindir de diálogos el relato se sigue con fluidez, los diálogos se manejan mediante balbuceos ininteligibles por los que expresan su estado de ánimo, quizás es como los escuchan las ovejas, anulando los gags hablados se maximiza el gran sello Aardman, el humor visual, el gag de encadenado de situaciones divertidas magníficamente trenzadas, rememorando los grandes clásicos cómicos del cine silente, quedando un entretenimiento que te atrapa por lo bien construido de los personajes y por lo excelentemente que evoluciona la historia, una aventura épica para toda la familia. No pasa como en otras adaptaciones de de series a la gran pantalla se sienten como capítulo alargado, sin aportar originalidad, este tiene un guión de que desborda sentido del ritmo, que discurre con naturalidad, sin sentirse forzado, sin bajones, con un torrente de momentos de humor que van de lo blanco a lo punzante y agudo, pero siempre con buen gusto e ingenio, con un caudal imaginativo brillante.

La puesta en escena resulta vibrante, con unas figuras de plastilina que transmiten emociones, dotadas de una fascinante expresividad, con esos graciosos ojos saltones, con unos movimientos que resultan fluidos, con un vitalista diseño de producción de Matt Perry (“Wallace & Gromit. La maldición de las verduras”, “Chicken Run” o “Piratas”!) con escenarios que saben contrastar los bucólicos ambientes rurales contra la deshumanizada ciudad, ello con la fulgurante fotografía de Charles Copping (“Shaun, la oveja” la serie), y Dave Alex Riddett (“Wallace y Gromit. La maldición de las verduras”), de un cromatismo espléndido. Al ser un film sin diálogos la música cobra un fundamental sentido emocional, acompañamiento constante, compuesta por Ilan Eshkeri (“Layer Cake” o “Kick-Ass”), y ejecutada por la Orquesta Metropolitana de Londres, con aportaciones de temas festivo-alegres, como el ““Feels Like Summer” de Tim Wheeler, el “Big city” de Eliza Doolittle, o el tema reversionado de la serie “Life's A Treat (Rizzle Kicks Remix)” de Mark Thomas, Vic Reeves & Rizzle Kicks, contribuyendo a la sensación de ternura del relato.

(sigue en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
TOM REGAN
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26 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Qué sorpresa me he llevado con esta película. No es que esperara que fuera mala ni nada parecido, creo que la consideraba para niños, infantil, y la verdad no me equivocaba del todo, pero ¡qué gran error hubiese sido mantenerme alejado de ella por esa razón! Decidí darle la oportunidad, pues con mucha frecuencia encuentro en la animación una apuesta segura, y si es en claymation entonces el doble, porque sí, hay algo especial con esos ‘muñequitos hechos a mano’, algo mágico. El filme en cuestión es tremendamente entretenido, quizás por su historia, en apariencia sencilla, sobre este simpático ovino llamado Shaun, quien cansado de lo que cree es una ordinaria y monótona vida decide darse, a él y a sus compañeras lanudas, un pequeño descanso de su rutina diaria. Pero lo que parecía ser una travesura menor se convierte en el detonante de una serie de enredos, persecuciones y búsquedas que divierte y conmueve. Mucho más lo primero pero con buenas dosis de lo segundo. Sí, estamos ante una de esas películas que los adultos disfrutarán tanto como los niños. La ausencia de diálogos simplemente la enriquece, considero totalmente admirable que nos cuenten una historia sin mencionar ni una sola palabra.
Ricardo
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18 de febrero de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
De todos los dibujos animados para niños de la nueva hornada, la serie de La oveja Shaun es sin duda una de las mejores. Su éxito televisivo propició el salto a la gran pantalla.

Se trata de una película artesanal y muda protagonizada por una simpática ovejita que deberá encontrar junto a sus compañeras de rebaño al despistado dueño de la granja en la que viven que después de un accidente se ha quedado amnésico y solo vagando por la gran ciudad.

La película es muy divertida, rebosa humor sano e ingenioso y hará las delicias tanto de los mayores como de los más pequeños. La secuela tuvo lugar cuatro años después.
Harold Angel
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6 de mayo de 2015
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un momento de “La oveja Shaun. La película”, su protagonista mira por la ventana de la casa del granjero y ve a tres cerdos sentados al sofá y viendo la tele, comportándose como humanos. Con esta referencia tan orwelliana, la factoría Aardman vuelve a humanizar a sus personajes, como ya hicieran en la prodigiosa y divertidísima “Chicken Run”, pero ahora adaptando a formato largo las aventuras de la oveja que desde que naciese en 2007 ya ha protagonizado más de un centenar de cortos.

Y lo hace sin perder un ápice de frescura, y sin que el producto apeste a alargado hasta lo imposible. Porque en su salto a la pantalla grande, el dúo formado por el guionista formado en la propia compañía Mark Burton y el recién llegado Richard Starzak se ha preocupado de que la cinta siga la tónica general de la serie, ausencia de diálogos incluida, y que no aburra a pesar de su arriesgada condición de cine mudo, que puede hacer huir de las salas a más de un espectador.

No hay nada que temer, “La oveja Shaun. La película” es una delicia de apenas 80 minutos de metraje que desborda ritmo e inteligencia, que ni se hace pesada ni se queda corta, que puede entusiasmar a los fans de la compañía británica de animación y a los que no son conocedores de su obra, a niños y no tan niños. Una aventura para toda la familia y todo tipo de públicos que no descuida las referencias a otras películas como “El silencio de los corderos”, “Taxi Driver”, “Cadena perpetua” o la propia “Chicken Run”, y por extensión, a “La gran evasión”. Y, cómo no, toda la propuesta es un homenaje al cine mudo, al que reverencia ya en fondo y forma en sus caseros créditos iniciales.

Estamos, casi con total seguridad, ante la mejor película de Aardman desde hace diez años, desde que Nick Park decidiera hacer saltar a la gran pantalla a los personajes más célebres de la casa en la magistral “Wallace y Gromit: La maldición de las verduras”. Sí, en medio nos han regalado entretenimientos como “¡Piratas!”, pero las intenciones de esta reaccionaria y soñadora oveja van más allá del mero entretenimiento. Es cine hecho con alma y corazón, una vuelta a los orígenes del estudio. Un regreso a casa, como el retorno a la normalidad al que sus directores y guionistas encaminan a sus protagonistas, sólo para que puedan seguir regalándonos joyas de corta duración muchos años más.

A favor: que mantiene intacto el espíritu del original, y que mantiene el ritmo y el pulso pese a su arriesgada opción muda
En contra: precisamente su condición de cine mudo, que puede hacer huir a más de un espectador
kubrick_is_alive
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