Las horas

El primer día que amaneces sin vida, para muchos que no te conocen, puede resultar un día más, sin importancia, demasiado apático, sí, demasiado triste, también. Duermes más de la cuenta, faltas al trabajo, llamas en una mentira triste para decir que estás enfermo, todo solucionado, el día sigue ya que te tumbas en la cama y sigues durmiendo, o dormitando o dejando que las horas pasen adquiriendo peso según transcurren.

El tiempo transcurre, no evoluciona. Es una línea recta sin curvas emocionantes, sin carreras al infinito, sin novias con las que pierdes el sentido, ni sentidos qué hacen de esta curva algo por lo que dé gusto girar, torcer y dar la vuelta.

Dar la vuelta es inalcanzable si estás hundido de pies para arriba, sin olvidar el centro. El núcleo lo es todo, la bisectriz de la soledad engarza versos de un poema inacabado, donde ruedas y giras sobre un bucle que se distorsiona a tu paso, para retomar el orden cuando continúas en dirección al vacío. A mitad de camino, el bucle se transforma en una espiral jubilosa de triunfo, ya que caes y tu grito se expande a la vez que se pierde. Chillidos de terror te despiertan a las cinco de la tarde, vuelves a amanecer sin vida, ya has perdido el sentido de la orientación, porque se acerca la noche o el día o las madrugadas y la tarde en la que vives se apaga de nuevo, lo hace cuando vuelves a dejar caer los párpados para amortiguar el dolor por seguir contemplando la cama, la habitación y los dolientes rayos de luz que se apagan a través de las persianas.

El soplo de los que ya no están alienta a los que respiramos con dificultad, por lo que aquél que decide vivir para siempre contrae una obligación moral con los que recogen su obra. Ésta es un complejísimo vaivén de necesidades insatisfechas, de mujeres que se saben incompletas. Película llena de aristas y que abarca más de lo que dura.

Una buena película la que nos propone el hasta hoy desconocido para mi Stephen Daldry. Nos sumerje en la historia de una escritora, Virginia Woolf (una irreconocible físicamente Nicole Kidman), con ciertos problemas psicológicos, recluída en una casa de ámbito rural, lejos de los problemas que Londres causó en su mente. Ahora empezará a dar forma a su nueva novela que trata de una anfitriona segura de sí misma a ojos de los demás, pero con profundos problemas y dudas interiores, que atormentan su existencia. Años después la novela influirá decisivamente en las vidas de otras dos mujeres. Una de ellas, Juliane Moore, la lee y se siente en cierta forma atrapada en su universo, y otro, Meryl Streep, representa a la protagonista real de la novela dentro del siglo XXI, y además sufre directamente las consecuencias...
La película se desarrolla de forma un tanto pretenciosa, con un ritmo que juega constantemente con el tiempo, intentando relacionar los sucesos de cada una de las tres protagonistas a tiempo real pero dentro del marco temporal en el que viven. Un buen trabajo en ese aspecto, manteniendo cierta tensión con constancia, pero ya antes visto en otras películas, lo que le quita algo de mérito, aún así es perfectamente recomendable.

Es el mejor adjetivo que le encuentro a la película. No entiendo el bombo que le hicieron, yo no le encontré ningún sentido a la trascendental, me pareció una sobrevaloracion de la depresión y las tendencias suicidas, y salí del cine aburridísima. Creo que ese no es el fin de una buena película.

El Star System sigue vigente. Si no fuera así no se explicaría que esta película haya funcionado tan bien. Magistrales las cuatro estrellas de la interpretación y aceptable el resto.

Les propongo un ejercicio de imaginación: Un guionista español presenta esta película a una productora española. ¿Habría alguna posibilidad de que se considerara viable hacer esta película? Y si así fuera, ¿iría a verla alguien?