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El caso Fritz Bauer

Drama En 1957, doce años después de la II Guerra Mundial (1939-1945) y del fin del Tercer Reich, el Fiscal General Fritz Bauer se comprome a detener a los criminales nazis. El hecho decisivo es la localización del Adolf Eichmann, miembro clave de las SS. (FILMAFFINITY)
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Críticas 25
Críticas ordenadas por utilidad
7 de septiembre de 2016
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sólo ocho años tras el final de la Segunda Guerra Mundial, los aliados occidentales anunciaron que cesaban en la persecución activa de los criminales nazis.

Esto quería decir que exceptuando el bloque comunista, los aliados no moverían un pelo para buscar y llevar a juicio a los mayores asesinos del siglo XX.

Sólo las iniciativas individuales permitieron, a partir de entonces, que grandes asesinos fueran encontrados y denunciados (a veces incluso en el gobierno de la República Federal Alemana, más comúnmente en otros países).

Un mundo inmerso en la Guerra Fría hizo que (como ya había ocurrido en Italia, donde hubo amnistía general sólo un par de años tras la caída de la República Social Italiana) los EEUU, los ingleses, incluso los franceses, aceptaran de buen grado que los criminales nazis se instalaran cómodamente en exilios dorados (España. Portugal, Argentina) y los menos notorios, incluso accedieran a la administración de la nueva RFA.

Los comunistas, no se engañen, no fueron mejores; perdonaron también a notorios criminales con la condición de que trabajara para ellos.

Sólo la cabezonería de algunos hombres mujeres permitió que algunos -sólo algunos- fueran llevados a la Justicia.

Uno de ellos fue Fritz Bauer, Fiscal general del Estado de Hesse, quien jugó un papel determinante en la localización y captura de Adolf Eichmann

Eichmann no fue un genio del mal; de ninguna manera; pero fue un colaborador entusiasta en los crímenes nazis contra los judíos, un canalla asesino cínico. que, como se muestra en la película, quiso justificar sus crímenes -creyéndose a salvo- redactando unas memorias donde quería pasar por patriota y funcionario eficiente.

Hay críticas que ponen en solfa a esta película por presentar una "trama paralela" sobre la posible homosexualidad de Bauer. Esta "trama paralela" no ocupa más que unos minutos y es totalmente pertinente, puesto que, aunque nunca llegó a demostrarse su homosexualidad, es completamente cierto que se intentó acallar su investigación bajo presiones basadas en una investigación de la policía danesa (nunca demostrada, como he dicho) sobre sus actividades homosexuales.

Por cierto, si bien son completamente aceptables las críticas a la película basándose sobre si la película se pierde o no con esa sub-trama. me parece absolutamente inadmisible una crítica donde un individuo puntúa la película bajo porque "creía ver una película de nazis" y en su lugar "ha encontrado una propaganda de Lesbianas, Gays y Transexuales"; pero él (tan listo como su comentario nos va permitiendo sospechar) "no ha mordido el anzuelo"

Mire, so idiota, dado que esta página no permite denunciar actitudes homófobas (de lo cual me congratulo, nunca he sido partidario de las prohibiciones) le diré en abierto que lamento que no encuentre fácilmente películas que sin duda le agraden más, como "Horst Wessel", "Hitlerjunge Quex", "Jud Suss" o "Der Ewige Jude". O que no pueda leer "Der Sturmer". Pero, le guste o no, las inclinaciones sexuales de cada uno son tan permitidas (y desde luego, mucho más tolerables )que sus propias aficiones homófobas y -presumiblemente- antisemitas)
Bobby Lee
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18 de septiembre de 2016
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Interesante aproximación a unos hechos históricos, sobre cuya trastienda bien poco sabemos, la localización y posterior detención del criminal de guerra Adolf Eichman, un obstinado y poco políticamente correcto fiscal del estado alemán, lucha contra viento y marea para que se acabe el velo de impunidad que la sociedad alemana de entonces cubria el asunto,me ha gustado bastante la interpretación del protagonista, un antihéroe clásico, con sus toques realistas y verídicos,como su supuesta homosexualidad, falta profundizar en algunos temas que la película solo trata tangencialmente, pero en líneas generales bastante interesante. Buena técnica alemana y realismo a la europea.
zuriman
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27 de mayo de 2016
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película se inicia con la confesión en entrevista del criminal Adolf Eichmann. Se arrepiente? Claro, pero no de lo que usted se piensa: se arrepiente de no haber ayudado lo suficiente a exterminar a los Judíos, que cifra en 10,3 millones. Si se reprocha algo es solamente su parte en ese fracaso del nazismo.

Tras este impactante inicio, la pel·lícula se construye entorno a una premisa que va desvelandose poco a poco: La Alemania occidental de postguerra, igual que Eichmann, está muy lejos de poder - e incluso querer - pasar la página de su reciente pasado totalitario y criminal; muchos de sus puestos directivos tanto públicos como privados están plagados de antiguos miembros nazis, y los que no lo son, en parte por miedo al poder que aún conservan los nazis, en parte por preferir batallar el día a día de una joven República, los ignoran negligentemente y los toleran.

Solo el protagonista, el fiscal general de Hesse, Fritz Bauer, entiende la importancia que tiene para Alemania llevar a cabo un proceso de penitencia, siendo ella misma la que juzgue a sus criminales nazis, aceptando su culpabilidad y liderando su propia regeneración. Su impotencia frente a la oposición que encuentra (nazi, administrativa, etc.) simboliza la derrota de la nueva Alemania en su intento de desterrar sus pesadillas.

El proceso de la caza de Eichmann, con sus intrigas en la administración alemana, los contactos que Bauer mantiene con el Mossad, quien finalmente realizará la captura, el uso de un supuesto agente doble de la Stasi, además de la doble condición de homosexual y judío de Bauer y su predilección profesional por un fiscal posiblemente también homosexual, servirán de hilo conductor a la película, que en ningún momento carece de interés y ritmo.

Las actuaciones me han parecido especialmente buenas, la ambientación también (aunque limitada a los ámbitos en los que se mueve, que son pocos) y, a pesar que se opta por un formato estético más bien clásico y conservador, en ningún momento me ha resultado aburrido o cansino.

Recomendada para los que gusten de películas ambientadas en el pasado y con una relfexión sociopolítica interesante. Los que vengan esperando una película judicial, o de espías o política, no es ninguna de las tres cosas si no superficialmente.

Lo mejor: La autocrítica (pues la película es alemana) que se practica en el tema de la película. Cómo se muestra que un cambio político, por muy radical que parezca, no necesariamente significa un cambio sociológico, si no más bien lo contrario, y cómo quien mueve los hilos normalmente es capaz de seguirlos moviendo independientemente de los cambios políticos que se produzcan, y que , precisamente porque siguen en el poder los mismos actores, esos cambios políticos son más bien dérmicos.

Lo peor: La subhistoria sobre la homosexualidad. Sirve al propósito de la película, pero es posible que distraiga un poco.

Nota: 7
Arbequina
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29 de julio de 2016
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Conocía de manera muy tangencial el conflicto producido entre distintas potencias mundiales por la detención de Erich Hartman, pero no recordaba haber oído hablar de Fritz Bauer antes de ver esta película. Para mí, existía el caso Hartman, y no el caso Bauer. Reconozco mi ignorancia, porque sin duda es un acierto de Lars Kraume el haber puesto el foco en un personaje, y no en el otro. La relevancia de esta película está más allá de la trama. Los temas que se tocan son de rabiosa actualidad, y nos afectan muy de cerca: el peaje que se paga en las transiciones pacíficas entre los regímenes totalitarios y los democráticos; la necesidad de reivindicar la memoria histórica frente al adormecimiento colectivo de las sociedades occidentales modernas; las actitudes acomodaticias (si no directamente corruptas) del poder político; la hipocresía de las grandes potencias en la defensa de los derechos humanos; la clandestinidad de los grupos homosexuales ante el convencionalismo social; etc. “El caso Fritz Bauer” habla de todo eso.

Alguna de las subtramas flojea por un cierto tono de telefilm. La película funciona mejor como thriller, o como película de espías, que como melodrama intimista. A pesar de ese toque folletinesco, el film se ve con agrado. Gran interpretación del actor protagonista, en una actuación lo suficientemente contenida y con los suficientes matices como para transmitir todas las facetas de ese peculiar Llanero Solitario que fue Fritz Bauer. Un judío homosexual que ocupa un alto cargo de un Estado democrático en los años 50-60, dedicándose a perseguir nazis. Casi nada. El film aborda el viejo conflicto del Derecho Penal entre justicia retributiva, utilidad general y la reinserción, y nos pone un espejo ante nosotros mismos. Más allá de la evidencia de que en todos los sitios cuecen habas, “El caso Fritz Bauer” no es más que la constatación de que los grandes males de nuestro mundo no han aparecido ahora, sino que son casi tan viejos como la propia sociedad.
rober
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5 de septiembre de 2016
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine alemán, en su intento de cubrir todos los aspectos de una guerra en la que muchos de sus antepasados fueron perversos protagonistas, presenta ahora una historia que sale de la acción propiamente dicha para centrarse en los años posteriores y en las investigaciones sobre el paradero de los fugitivos y cómo llevarlos ante la justicia.

La película mantiene un tono frío, casi impersonal durante toda su duración, en parte por mostrarse neutral en una trama con muchos recovecos, y en parte también porque nunca acierta a encontrar el ritmo que quiere llevar. Es como si el argumento que desarrolla le viniera grande por momentos, y aunque es consciente de que tiene un gran material, no sabe cómo expresar sus ideas.

Esa formalidad que debiéramos dar por auténtica es su lastre. La película se esfuerza por narrar la historia de la mejor manera posible, mostrando toda la documentación recabada, pero le falta la personalidad en una historia que podría haber dado un paso al frente con algo más de experiencia, algo de lo que Krame adolece.

A pesar de ello, “El caso Fritz Bauer” es más que una película correcta porque narra un aspecto muy importante después de la II Guerra mundial, esa persecución de aquellos criminales nazis que huyeron para no enfrentarse a la ley. Un suceso que la película narra desde el punto de vista de un estricto fiscal y su manera de hacer las cosas. También hay espacio para una historia homosexual de cierto calado, pero que no resulta del todo relevante para la historia central.

Al final, “El caso de Fritz Bauer” resulta algo monótono a pesar del interés que a priori suscita su argumento, llegando a ser algo soporífera sobre todo en parte central. Como es lógico, el final acelera algo para cerrar la trama, pero es demasiado tarde para atraer de nuevo al espectador perdido.
Moody
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