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Desaparecido (Serie de TV)

7,7
3.709
Serie de TV. Animación. Fantástico. Intriga. Drama Miniserie de TV (2016). 12 episodios. Cuenta la historia de Satoru Fujinuma, un autor de manga sin mucho éxito que sufre de un peculiar fenómeno conocido como "regresión", en el cual se transporta atrás en el tiempo hasta el momento anterior a que ocurra algo que supone un peligro para una vida. Satoru no tarda en descubrir que el fenómeno persiste hasta que la causa de la amenaza desaparece. (FILMAFFINITY)
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Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
29 de junio de 2020
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente la mejor serie en su género dentro del anime. Desde el inicio hasta el final mantiene un ritmo perfecto con unos personajes con los que se simpatiza fácilmente gracias a su guión perfectamente adaptado. Está llena de mensajes emotivos y frases que no vienen mal recordar en estos tiempos en los que se echan en falta algunos valores dentro de la sociedad, tales como la empatía, el sacrificio o la amistad.
Javier Serrano
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4 de julio de 2019
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cual red de araña, desde el minuto 1 del primer episodio atrapa al espectador y no lo suelta hasta el desenlace. En primer lugar por la calidad visual con la que dispone y en segundo lugar, y más importante, por la maravillosa trama de la que consta, culpable al 90% de que este servidor se haya quedado atento a la pantalla casi sin pestañear a lo largo de sus muy entretenidos doce episodios.
Es una recomendable mezcla de estilos y géneros, con un singular modo de viajar en el tiempo, humor inteligente, drama contenido, thriller elegante... Todo está tratado con un gusto exquisito y delicado. Trata de la amistad, de cómo ser mejor de cara a los compañeros y de esa segunda oportunidad otorgada, la inocencia de la infancia, la soledad y sus inconvenientes, los malos tratos velados por una época y un lugar donde podría ser un tema tabú. De la ternura y la confianza pasa al miedo de una forma bien hilada y con toque maestro. Cada episodio es una muestra de saber hacer anime de forma elegante y hábil, que no precisa de grandes explosiones y fuegos de artificios para dejarnos pegados a la pantalla durante sus veinte minutos de duración. Lo único que necesita es poner a sus personajes en marcha e insuflarles de una vida más real que la de muchos humanos que pululan por los realities que inundan las cadenas de TV de hoy en día.
Esto es Desaparecido: una de las grandes obras llegadas de Japón de los últimos años, una obra llena de vida y alma, una obra imprescindible.
Siferval
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20 de febrero de 2018
6 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
La ciudad en la que solo falto yo sería el título exacto de Boku dake ga inai machi, que se ha titulado en España como Desaparecido debido al Erased inglés, pero creo que no recoge toda la poesía de este dramón de anime que, con sus más y sus menos, se ha convertido en uno de mis favoritos.

Pienso que el suspense y la misión de Satoru están muy bien llevados en todo momento. Nos convertimos en amigos de Satoru, Kenya y su pandilla en su intento de salvar a las tres víctimas del asesino y evitar que acabe entre rejas un inocente. A su vez, el misterio sigue creciendo y, del mismo modo, la pregunta: ¿será Satoru capaz de evitar la tragedia? Y pienso que, por estos motivos, el anime es altamente adictivo y no es raro que nos lo terminemos rápidamente (dos días en mi caso).

Los enigmas se plantean a medida que pasan los capítulos y, de ahí, los constantes cliffhangers que encadenan un capítulo tras otro y que no suelen resolverse mediante trampas argumentales. Hay varios giros y cambios de rumbo en la serie, que, nos los imaginemos o no, hacen que sea un placer disfrutar de ellos, porque todos, más de una vez, hemos luchado contra las agujas del reloj, contra lo que es imposible cambiar, pero desearíamos que no lo fuese.

Volviendo a lo positivo, la animación en todo momento es maravillosa y deja varias escenas para el recuerdo, como ese parque donde Satoru ve por última vez a Kayo o ese puente donde se refugia Satoru y Airi, por no decir todos esos recuerdos cinematográficos donde cae nuestro protagonista. Del mismo modo, más allá del fantástico opening, la música cumple gratamente, creando esa atmósfera de nostalgia que se repite a lo largo de la serie.

Erased tiene cierto sentido de la amistad que bien recuerda al IT de Stephen King, pero también a los viajes temporales que plantease King en 11-22-63 y, si nos alejamos del autor norteamericano, recordamos películas sobre paradojas como El efecto mariposa o El muelle, y, si viajamos de nuevo hacia el país del sol naciente, ahí está el ejemplo de la reciente Your name, que también abordaba los viajes temporales. Si entramos en el terreno de las (odiosas) comparaciones, por suerte, Erased no cae en el terreno de lo infantil como SAO, tampoco en los rompecabezas más retorcidos como Death Note ni en lo repetitivo de animes como Ajin.

Basada en el manga de Kei Sanbe, Erased cuenta además con una adaptación a imagen real que está disponible ya en Netflix. Como me ocurrió recientemente con The End of the Fucking World, espero que no haya segunda temporada que desvirtúe la primera. Eso sí, imagino que pronto habrá un live action, como en otros casos.

En definitiva, Erased (o La ciudad en la que solo falto yo, me encanta este título) es un anime de lo más recomendable, perfecto para todos los que buscan una obra conmovedora, con suspense, amistad y viajes temporales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Ozymandias_Iskander
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8 de enero de 2022
5 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
«Erased» no puedo decir que sea un buen anime, pero tiene algunas cosas que me han despertado la fibra sensible y quiero valorarlo.

Eso sí, hay que tener en cuenta que el final es una tontería tremenda, un sinsentido en el que el malo (masculino singular genérico, que quede claro) resulta que no puede considerarse malo propiamente hablando y cuyo comportamiento se explica de la mejor manera si pensamos que se ha enamorado del protagonista. De verdad que es lo más lógico aunque claramente imposible. Vaya villano más pésimo, en serio.

En fin, aparte de todo eso, hay una trama hasta entonces en la que un joven, un adulto con la capacidad de retroceder en el tiempo tiene la oportunidad de salvar la vida de unos compañeros del colegio que fueron asesinados. Hay que aceptar esto de los viajes en el tiempo porque sí, sin causa ni origen. Ocurre mágicamente como síntoma de una incapacidad de Satoru para implicarse con los demás y tomar decisiones, actuar en vez de quedarse pasivo ante lo que pasa a su alrededor.

La historia de la pequeña Kayo a mí es que me ha conmovido; ese momento en que la madre de Satoru le pone la comida y ella recuerda los desayunos que le daba su madre y empieza a llorar… Por favor, es una forma preciosa de contar un sufrimiento, un trauma. Me tenía muy enganchada. También es cierto que sabes quién es el culpable desde el primer momento y que me sigue mosqueando, y mucho, esa tendencia de la última década en infantilizar las historias. ¿Por qué son niños, pre púberes, y además de aspecto especialmente infantil para esa edad? Es que, vamos. No hace falta que respondáis, si ya lo sé, ya...

La historia de amor, la verdadera historia de amor, no me ha desagradado pero creo que se podría haber tratado mejor, porque ella es que tiene muchos pájaros en la cabeza me parece a mí. El lema ese de «quiero creer en ti» es ridículo: no te conozco de nada, no sé quién eres pero, qué demonios, «quiero creerte». Puede que te pase algo muy malo si vas así por la vida.

Bueno, justita.
Kaori
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20 de noviembre de 2018
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si tengo que pensar en historias en las que un personaje del presente se materializa en el pasado, en su propio cuerpo del pasado pero con su conciencia del presente, la mejor obra que podría recordar es “Barrio Lejano” (1998-99), el manga de Jirō Taniguchi. Es un manga extraordinario. Dentro del anime, del bueno e interesante, también puedo recordar “Toki o Kakeru Shôjo” (La chica que saltaba a través del tiempo, 2006) de Mamoru Hosoda. Se puede decir que “Boku dake ga Inai Machi” (Desaparecida, 2016) de Tomohiko Ito utiliza básicamente la misma premisa que “Barrio Lejano”, es decir, no entra en explicaciones del porqué el protagonista tiene el poder de viajar al pasado pues lo que se busca realmente es resolver un misterio ocurrido hace años que le ha venido afectando desde entonces hasta el presente, tanto a él como a sus amigos.

Ciertamente es demasiado atrevido comparar dos obras tan distintas. Que no es el caso, no se comparan, solo es la curiosidad de la coincidencia que tienen en premisa general de partida. “Boku dake ga Inai Machi” no es, ni mucho menos, una obra tan madura y reflexiva como lo es el manga de Taniguchi. Pero tampoco es, aunque lo que pudiera parecer, una serie muy juvenil como tantas hay del género de vida escolar. Sobre todo en su dos terceras partes desde el principio. Hay un misterio sobre muertes y secuestros, y también un tratamiento interesante sobre el maltrato infantil en la familia.

Mi acercamiento a la serie fue directo, sin saber nada de ella y solamente por el interesante póster que la presenta. Y el resultado es que se trata de una serie bastante buena, sobre todo en sus ocho capítulos desde el inicio. Después, una vez resuelta la, para mí, parte más importante del asunto, la serie se vuelve más convencional. Y previsible. Precipita una resolución que solo me interesa por la parte de conocer el destino presente de los personajes.

En cualquier caso, “Boku dake ga Inai Machi” es una buena serie, altamente recomendable.
fresenius
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