The Ugly Girl

Los empleados del departamento de contabilidad de seguros Orion, extrañan a su atractiva secretaria Anita y no soportan que, el jefe, les ponga ahora a una feucha y desaliñada muchacha por más eficiente que pueda ser. Así es que, el mismo día de su llegada, traman como sacar a la joven y esperanzada empleada de allí… y así comienza una romántica historia de amor que, estoy convencido, de que llegará al corazón de -casi- todos los que la vean.

Experto en cine romántico, y sobre todo, en esa suerte de historias donde, modestos ideales, llevan a grandes luchas para poder alcanzarlos, el director alemán Henry Koster, nos trae con “LA MUCHACHA FEA”, el justo sueño de una humilde chica alemana de tener un empleo estable, pero, las cosas para ella no son nada fáciles, por el simple hecho de no ser lo bastante atractiva. Casi un siglo atrás, se nos está ilustrando esta forma de discriminación que, de seguro, era bastante común… y duele saber que, aún hoy, prosigue esta clase de prejuicios, porque aún se busca alimentar los intereses machistas.

No obstante haber contado con un austero presupuesto, Koster construye un filme bastante satisfactorio, pues, además de contener una historia -escrita por él mismo- que borda personajes muy humanos y creíbles, consigue una ambientación bastante ajustada y, sobre todo, unas actuaciones bien agradables que hacen de, “LA MUCHACHA FEA”, una comedia romántica muy digna de verse.

El alegato contra la discriminación queda muy bien plantado; aquello de tener autoridad moral para luego poder exigir, también tiene un merecido lugar; y darse cuenta de que, cuando alguien es bello por dentro, es fácil comenzar a verle hermoso por fuera, son cosas que fluyen en este filme sin afanes moralistas sino mostrando que hay muchas cosas que no son como parecen. Abundan los toques de buen humor, el calor humano fluye a borbotones, y un romanticismo suave y encantador acompaña un buen número de escenas.

Creo que, mi admiración por Henry Koster -un director subestimado por quienes apenas le han conocido superficialmente-, radica, sobre todo, en esa capacidad que posee de ir más allá de la epidermis, para encontrar esa fuerza del espíritu que hace grandes y maravillosos a los seres humanos. En eso ha insistido una y otra vez, y lo hemos visto desde “Katharina die Leszte”, pasando por “The Rage of Paris” y “First Love”, siguiendo con “The Luck of the Irish”, “No Highway in the Sky”, y otras tantas. Koster es un consumado humanista, ama a sus personajes, cree profundamente en ellos y es común que, de sus películas, uno salga queriéndose un poco más y queriendo también un poco más a los demás… ¿no es este un magnífico regalo?

Recién terminado el rodaje, una impertinencia (abuso de poder) de un oficial de las SS, impulsó a Henry Koster a pegarle un derechazo en la cara… y esto lo obligó a abandonar Berlín de inmediato para poder salvar su vida. Debido al “pundonor” de los nazis, al filme le fue cortado el momento en que un perro orinando es visto ‘doble’ por la pareja que ha salido ebria de un baile de disfraces, y como castigo por la acción de Koster contra el militar, se obligó a quitar su nombre de los créditos y se hizo figurar a Hasse Preiss.

Dolly Haas (Lotte März), Max Hansen (Fritz Mahldorf) y Otto Wallburg (Hugo Münckeberg), resultan encantadores en sus respectivos roles.