Calle Madeleine nº 13

A James Cagney le ha salido un topo de cuidado llamado Richard Conte. Y a Richard Conte le ha salido un grano en el culo llamado James Cagney. En donde Annabella tiene un papel primordial mandando mensajes. Se entrenó muy duro para ello. Incluso Karl Malden se entrenó duro para abrir la trampilla para que saltaran los paracaidistas. 13 Rue Madeleine pasa por ser una de las pelis más elaboradas y fascinantes hechas sobre la II.G.M. En donde hay que destruir una base de misiles con dirección a U.K. Y donde verdaderos profesionales ya sean del bien y del mal luchan con todas sus fuerzas. Aquí no tienen cabida los novatos. Aquí hay hombres y mujeres de verdad. Ya lo dice bien claro James Cagney cuando han asesinado a uno de sus muchachos: Yo no me rindo hasta que me tiren tierra en la cara. De profesión: Profesionales

Eficaz y muy entretenida cinta de espionaje ambientada a finales de la Segunda Guerra Mundial, sus principales bazas son el pulso narrativo de Hathaway y el verismo de sus localizaciones y ambientación.

Un par de años antes, el citado realizador había inaugurado el cine negro documental con "La casa de la calle 92", y en esta ocasión decidió seguir el mismo estilo, aunque aplicándolo a un argumento de espías, al fin y al cabo muy emparentado con el género anteriormente mencionado. Así, los cinco minutos iniciales recurren a la voz en off y a imágenes que, de no saberlo, podríamos considerar "de archivo", pero que sirven para situar al espectador en el contexto adecuado, al tiempo que introducen a los personajes principales. Esta introducción documental es tan buena que la transición entre el contexto general y el argumento concreto casi no se nota, poniendo de manifiesto el dominio con el que se manejaba Hathaway en este tipo de historias. Esta perspectiva documental, aplicada también al mundo del espionaje, será adoptada en obras tan posteriores como "El buen Pastor" de De Niro, aunque variando ciertas cosas, fruto de los años transcurridos.

La historia presenta una primera parte -la mejor- en la que se nos muestra el reclutamiento y entrenamiento de los agentes, al tiempo que se nos revela la existencia de un topo. La segunda parte, ambientada en la Francia ocupada, es más convencional, recurriéndose a la acción y a las peripecias características del género, aunque no por ello resulta desdeñable, siendo en todo momento un muy eficaz entretenimiento, en el cual, como es característico en Hathaway, la violencia, aunque más moderada que en otras películas suyas, se nos muestra a las claras, y no se tiene "piedad" con los héroes.

Un guión correcto pero convencional, la buena música de Newman y las interpretaciones de Conte y de Cagney (tan intenso y eficaz como siempre), redondean el filme, que encuentra un muy pertinente desenlace, teniendo en cuenta que trataba de topos y toperas.

Durante los años 40 en plena Segunda Guerra Mundial, Hollywood produjo muchas películas de propaganda a favor de los aliados, contribuyendo a la causa de la libertad contra el nazismo. Grandes directores como Ford, Capra y Hichcock realizaron documentales para animar a las tropas y colaborar con el ejército durante la contienda. Una vez finalizada la guerra los Estudios financiaron películas de homenaje a los aliados, y este film de 1947 es una buena prueba de ello.

Hathaway con su destreza habitual nos introduce en esta historia que nos cuenta cómo el gobierno norteamericano tras el bombardeo de Perl Harbor, se plantea crear grupos especializados en espiar tras las líneas enemigas, tal y como ya lo hacían los alemanes y los japoneses, quizá el embrión de lo que después sería la famosa C. I. A., el argumento es lineal y previsible, pero el interés del film reside en la empatía que sentimos por esos hombres y mujeres anónimos que no recibirán medallas ni reconocimientos populares, pero que gracias a su sacrificio, lograron encauzar el curso de la guerra, para que la operación del desembarco de Normandia fuera un éxito.

La película es entretenida y trata de recrear los hechos en los auténticos escenarios reales, durante la ocupación alemana en Francia, como la dirección del edificio central de la Gestapo en Le Havre que da nombre al film. Hathaway mantiene el ritmo con buen pulso ayudado por unos actores que cumplen sobradamente con su trabajo, destacando a James Cagney, eficaz como siempre y Richard Conte, el no siempre valorado en su justa medida.

Vi esta película de niño a instancias de mi padre que admiraba a Cagney, y realmente desde el primer momento me pareció un recio y brillante actor , posteriormente lo vi en cine-clubes cuando mi adolescencia, en un Montevideo gris y represivo de hace 4 decadas. Siempre fue un placer verlo dominar la escena, actuando, cantando, bailando y cerrando su actuación a los 80 anos en Rag Time.
Esta película tiene el pulso narrativo de un director competente que hizo de todo hasta una edad en que otros cayeron en la senilidad. Es notable la escena en que Cagney torturado se ríe, y bien que algunos podrán decir que es propaganda bélica pero que forma de propaganda. Esto es lo que hace al cine norteamericano el CINE, lo entiende un niño, un adolescente ,un adulto. Diferentes niveles de entendimiento y lectura pero entretenimiento eficaz y seguro.

Calle Madeleine nº 13 es cine de espías de la OSS (Oficina de Servicios Estratégicos).

Calle Madeleine nº 13 te va a hablar del grupo 077.

Un espía de la OSS no lo conoce ni su sombra.

Los agentes del 077 no tienen pasado. Y poco futuro. El pasado es prólogo para ellos.

En la calle Madeleine nº 13 está el Cuartel General de la Gestapo.

En dicha calle persiguen al grupo 077 de espionaje del Ejército de los EEUU; y a todo el que se ponga por delante también, sea espía o no. No hacen ascos a nadie ni tienen favoritos.

El grupo 077 de espías americanos tiene la misma regla que la primera regla del espía nazi: "El único camarada bueno es el camarada muerto."

James Cagney ya era duro antes que su madre lo concibiera.

Calle Madeleine nº 13, película, es para hombres y mujeres que estén dispuestos a dar su vida por la causa. Es un thriller de espías americano y tiene de propaganda lo mismo que tiene de propaganda un thriller de espías ruso (si es que saben hacerlos).

Para llegar a la calle Madeleine nº 13 te tienes que lanzar en paracaídas, sí es muy americana, está relatada en plan documental, muy realista, con una extraordinaria atmósfera, escenarios reales o calcados, y te avisa a cada minuto: Cine absoluto para los que les gusta este género.