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La barraca

Drama En la huerta valenciana, la familia del Tío Barret tiene que abandonar su hogar, la barraca, al no poder pagar las deudas contraídas con su propietario, Don Salvador. El Tío Barret, borracho y lleno de ira, mata a Don Salvador y es encarcelado. La barraca es ocupada por la familia de Batiste que, debido a las circunstancias en que tuvo que ser abandonada la casa, se encuentran con un recibimiento hostil por parte de los huertanos. El ... [+]
Críticas 4
Críticas ordenadas por utilidad
15 de noviembre de 2017
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
R. Gavaldón concibe la película como una sucesión de estampas descarnadas y crueles cargadas del hondo realismo que V. Blasco Ibáñez refleja en su homónima novela.
Sabe captar las sutilezas del ambiente en la huerta valenciana y las describe con verosimilitud brillante y una notable fuerza expresiva para que el argumento se palpe en unas escenas en las que la escasez de recursos materiales no representa obstáculo para una filmación muy convincente.
Por momentos se produce la impresión de estar pasando las páginas del libro impreso (en este caso eso representa virtud) a las que siempre acompaña una estupenda ambientación y una banda sonora (F:B: Samper) que debe ser destacada.

Cine mexicano ambicioso y universal no siempre valorado conforme a su elevado merecimiento.
ABSENTA
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4 de mayo de 2022
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
141/01(01/05/22) Interesante intento mexicano de adaptar la popular novela homónima de 1898 del valenciano Vicente Blasco Ibáñez. Estando detrás del guión su hija Libertad Blasco Ibáñez (exiliada en México por la Guerra Civvil en España; como anécdota fue la primera mujer en España con el nombre de Libertad, se lo puso su padre inspirándose en el lema de honor a la Revolución Francesa), que junto a Abel Velilla Sarasola y Tito Davison dan vida al libreto que dirige Roberto Gavaldón, fiel al material literario, pero sintetizando demasiado lo que acontece, siendo algo arrítmica en los hechos, pues pasamos de un encadenado sin fin de malaventuras para la familia protagonista a la confraternización con los lugareños, perdiéndose de modo errado en un tramo de bailes y folclorismo sin sentido, y de golpe y porrazo, en el rush final vuelta al mal sino. Un relato que gana en el retrato del costumbrismo rural, pero no es capaz de emitir la dureza del trabajo, esto visto de soslayo. Buena en el fresco de inicio de este micromundo, donde los forasteros son vistos como enemigos invasores, mostrando la doliente inquina con que tratan a los infortunados Borrull, la hostilidad de los vecinos. Pero no termina de acertar en la descripción de los personajes, meros clichés superficiales (el romance exprés de Tonet con la hija, la poca presencia de la Iglesia [seguro par ano molestar], lo monocorde de Pimentó, la sub trama apuntada de las tres hijas del anterior dueño de la Batrraca), donde los buenos son muy buenos y los malos horribles. Un relato de venganzas, nobleza, resistencia, orgullo, y resignación. La ambientación no pasa de sobria, muy parca en medios, solo destaca el tiroteo del clímax del rush final en medio de la albufera con niebla. Siendo negativa la voz en off que solo remarca la inseguridad en lo que cuenta el director, resultando demasiado remarcadora en contar lo que ya estamos viendo de por sí.

Deseando dotar de realismo a la trama Gavaldón da los papeles principales a intérpretes españoles exiliados en el país azteca con Anita Blanch (Teresa), José Baviera (Pimentó), Luana Alcañiz (Pepeta), Amparo Morillo (Roseta), y más. Aunque el papel principal fue para Domingo Soler que cumple en su rol de especie de Santo Job levantino; su antagonista lo encarna el valenciano José Baviera que da vida a un vago con mucha soberbia que se erige en ‘Vengador’ de la huerta, un tanto caricaturesco en su caracterización; En medio está el tío Tomba, un pastor que ejerce de voz pasiva de la huerta, al que cual pepito Grillo (maligno) susurra una y otra vez al oído de batiste que se marche de la Barraca porque está maldita, en realidad lo único malditos son los lugareños, y este supuesto tipo sabio ejerce de manso mamporrero para echar a la pobre familia Burrull. El actor asturiano Manolo Noriega le da vida con gran presencia de gurú de la Huerta.

La película narra las peripecias de la familia Borrull, unos humildes campesinos valencianos de finales de siglo XIX para sacar adelante su trabajo con la oposición y el odio del resto de los habitantes de la aldea (por la historia que acarrea la Barraca donde vivirán los forasteros). Gente pobre que choca con la beligerancia cerril de los convecinos, que los vejan y humillan cuanto pueden. Enfrentándose a las mentiras, conspiraciones, ataques, envenenamientos, disparos, e incluso fuego de estos atávicos ‘paisanos’. Todo ello desarrollado en un tono fatalista que solo hace presagiar lo previsible. Quedando el ensalzamiento del trabajo noble, el canto a la familia, y el espíritu de preservación ante los problemas.

Film que ganó todos los Ariels (premio nacional de cine mexicano) otorgados a la producción de 1945, incluyendo mejor película, dirección, guión, cinematografía, actor, actor de reparto, editor de cine, música, dirección de arte y sonido.

Historia esta muy mejor contada en la serie española del mismo nombre de 1979 dirigida por León Klimovsky y guionizada por Manuel Mur Orti.

Me queda un acercamiento en esbozo de la magistral obra de Blasco Ibáñez, y ello siempre es bueno. Gloria Ucrania!!!
TOM REGAN
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7 de junio de 2021
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“De todo tenía la culpa el amo de la tierra, aquel don Salvador que de seguro ardía en los infiernos. ¡Ah, ladrón!... ¡Y cómo había perdido a toda una familia! ¡Válgame Dios, y cómo se pierde una casa! (…) ¡Tan bueno que era el pobre tío Barret! ¡Si levantara la cabeza y viera sus hijas! (…) Ya sabían en la huerta que el pobre padre había muerto en el presidio de Ceuta hacía dos años”….

Fue, en 1898, que el escritor naturalista español, Vicente Blasco Ibáñez, publicó su relevante y pasional novela, “La Barraca”, una historia de terribles injusticias pagadas con una de esas venganzas que hacen historia, inspirada en hechos ocurridos años atrás en la huerta valenciana, la cual me recuerda la posterior y también sorprendente novela de Marcel Pagnol, “El Manantial de las Colinas” (1963), que fuera llevada al cine, primero por él mismo y luego por Claude Berri.

Exiliada en México tras el estallido de la Guerra Civil Española, Libertad Blasco Ibáñez -quien tenía tres años cuando su padre escribió, “La Barraca”-, fue, ahora, quien se encargó de la fiel adaptación de la novela a guion cinematográfico, contando con la colaboración de Abel Velilla Sarasola y Tito Davison.

Conservando el costumbrismo de la época, muy bien plasmado en la novela de Blasco Ibáñez, la historia es un fiel reflejo de las difíciles condiciones en las que vive la gente del campo; de los obstáculos que la burocracia y los gamonales imponen a su afán de sobrevivir; e inevitablemente, alude a ese fatalismo que, a veces, se preserva como un estigma imborrable… pero, también vemos reflejado el amor por la familia y la consagración al trabajo; la ferviente lucha por la sobrevivencia; una insólita, y quizás extrema manera, con la que la gente decide cobrarse una imperdonable infamia… y otra vez queda comprobado que, cuando alguien se deleita en hacer daño y termina ensañándose con los humildes, hasta los hombres más pacíficos terminan volviéndose fieros.

Queriendo imprimir autenticidad a la película, el director Roberto Gavaldón, se hizo con un reparto en el que aparecen numerosos actores españoles: Anita Blanch (Teresa), José Baviera (Pimentó), Luana Alcañiz (Pepeta), Amparo Morillo (Roseta), y otros. También algunos técnicos eran españoles… y hasta algunas palabras en valenciano utilizadas por Blasco Ibáñez, se conservaron en los diálogos.

Me parece muy plausible que la película no generaliza mostrando a un sector de los buenos y a otro de los malos, lo que siempre luce irreal, y en forma fidedigna refleja que, en ambos bandos hay gente que se extravía o tiene momentos en que es insensata… y otra que sabe por dónde andar, aunque no siempre acierte.

El celebrado actor mexicano, Domingo Soler -un hombre que casi pasó su vida entera en los estudios cinematográficos- hace una vigorosa interpretación del gitano Batiste Borrull y, <<LA BARRACA>>, al final nos hace sentir que hemos estado ante otro valioso clásico del cine mexicano.
Luis Guillermo Cardona
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2 de diciembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
"La Barraca" de Vicente Blasco Ibáñez es un libro descriptivo sobre una forma de vida rural de finales del siglo XIX, principios del XX (ya extinguida), en las tierras fértiles de la huerta valenciana, sustentada en el caciquismo, en el sistema de arrendamiento, en la humildad, en el sudor del duro trabajo y en unas normas no escritas que regulan su funcionamiento comunal. Es un libro dramático y de gran riqueza literaria. Todo esto está bien plasmado en la película de Gavaldón.
Sin embargo, en el film todo está contado desde la fábula folclórica (en forma de cuento con moraleja) con un estilo clásico y un tono de gran riqueza visual, pero escasamente realista, que provoca una endeblez narrativa que subyace en todo su metraje. Pero es un ejercicio de cine clásico en estado puro y de una calidad incuestionable.
Búhofilm
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