Un siglo de animación (TV)
78
Documental. Animación
Esta es la primera y única historia de la animación que deleitará a todos los públicos. El documental trata de dibujos animados y muestra ejemplos de todo del mundo, y por supuesto, está presentado por personajes animados. Después de todo, ¿quién puede enseñarnos más sobre dibujos animados que el famoso experto mundial en animación y personaje animado, el Profesor Edward Arlington Elderberry. (FILMAFFINITY)
27 de septiembre de 2011
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos son las principales lagunas que no cuadran en este documental:
La primera es que a pesar de hacer tanto hincapié en las características de la animación adulta, comprometida, transgresora, crítica, con autores desconocidos para el gran público y cintas de las que nunca se habla, sobre todo procedentes de Europa, etc.; no deja de sorprender que utilicen como guías y presentadores unos personajes tan bobalicones y marcadamente infantilistas (especialmente el dentudo Horace).
La segunda, más hiriente si cabe, y que deja una sensación de decepción suprema y, ¿por qué no decirlo?, fraudulenta, es que un repaso a la historia de la animación cinematográfica desde sus inicios hasta nuestros días, se pase tan por encima y casi de un modo ridículamente testimonial, por dos de los pilares básicos de los dibujos animados, sin los cuales no se podría entender el mundo animado: el universo Disney (y por ende, Pixar), y la apabullante sobreproducción animada de japón (o sea, el anime). Sólo dos pinceladas de cada cosa y de pasada. Lamentablemente desconocemos si tal tropelía se debe a problemas con los derechos de autor de las escenas o a un intento deliberado de ningunear esas corrientes.
La primera es que a pesar de hacer tanto hincapié en las características de la animación adulta, comprometida, transgresora, crítica, con autores desconocidos para el gran público y cintas de las que nunca se habla, sobre todo procedentes de Europa, etc.; no deja de sorprender que utilicen como guías y presentadores unos personajes tan bobalicones y marcadamente infantilistas (especialmente el dentudo Horace).
La segunda, más hiriente si cabe, y que deja una sensación de decepción suprema y, ¿por qué no decirlo?, fraudulenta, es que un repaso a la historia de la animación cinematográfica desde sus inicios hasta nuestros días, se pase tan por encima y casi de un modo ridículamente testimonial, por dos de los pilares básicos de los dibujos animados, sin los cuales no se podría entender el mundo animado: el universo Disney (y por ende, Pixar), y la apabullante sobreproducción animada de japón (o sea, el anime). Sólo dos pinceladas de cada cosa y de pasada. Lamentablemente desconocemos si tal tropelía se debe a problemas con los derechos de autor de las escenas o a un intento deliberado de ningunear esas corrientes.
Cancelar
Limpiar
Aplicar
Filters & Sorts
You can change filter options and sorts from here