Viaje al más allá

Viaje al más allá es el paradigma del cine de culto.

Y es que no cualquier película puede ser un film de culto. Hay que destacar, hay que creérselo, hay que tener cero pudor. Sebastiá D'Arbó, dedicado al estudio de fenómenos paranormales desde hace décadas, decidió hacer esta incursión en el cine, en el año 1980 con este film.

Un visionado del film, 40 años después, es toda una experiencia. D'Arbó consigue hacer navegar al espectador entre el placer culpable y la vergüenza ajena con una cinta de episodios, donde el elemento fantástico es el nexo común. El film cuenta con destacados intérpretes de la época, un excepcional doblaje con dobladores de primera línea y nos regala unas interpretaciones acartonadas, con diálogos rimbombantes y situaciones imposibles.

Una rara avis en el cine español (aportación catalana) de la época, que ayuda a entender el particular momento que vivía el audiovisual español, saliendo todavía del postfranquismo. En cualquier caso se agradece notablemente su desvergüenza para arriesgar, explorando el género. Más allá de su valor como material de divulgación supuestas historias sobrenaturales, es innegable su valor sociológico/antropológico como pieza única de arqueología cinematográfica.

Desde la antigüedad existen todas esas historias de fenómenos extraños que fueron recogidos por el paraguas de la parapsicología y que en los años 70 explosionó en la pantalla grande con películas como El Exorcista, La Furia, Carrie, La Profecía… Sebastià D’Arbó fue el primero en España que se atrevió a llevar esta corriente al cine, y el único que mereció la pena.

Varios desconocidos se reúnen en la aislada mansión del Profesor Meinen, quien les ha convocado para que intercambien sus encuentros con lo paranormal.

Aunque los invitados lo ignoran, a todos les une el mismo destino.

Sebastià D’Arbó arranca su trilogía del cine parapsicológico con una película por segmentos que, aun siendo irregular, está repleta de aciertos: el aire a cine clásico, los ecos a películas de la Hammer con esos interiores recargados, el tren cremallera que transporta a los protagonistas a la mansión del profesor Meinen. El truco que utiliza D’Arbó para reunir a los protagonistas tiene elementos de las novelas góticas, ya que mientras se narran distintas historias, otra secundaria va tomando velocidad hasta llegar a un final que, esto ya depende del espectador, puede quedar abierto o cerrado.

Aunque todas las historias que se presentan tienen interés, tal vez el orden no termine de ser el correcto, ya que al ser una narración “objetiva” y no buscar emotividad, hay historias que funcionan como un tiro – el autoestopista, el sueño recurrente – mientras la penúltima – la reencarnación- es demasiado larga, expositiva y uno siente que se frena la intensidad que se ha logrado hasta el momento… Algo que tampoco ayuda a la película son esos diálogos, escritos a cuatro manos entre Jean Daniela Colbor y Sebastià D’Arbó, repletos de conceptos parapsicológicos y que dan sensación de pertenecer a una masterclass del ocultismo.

D’Arbó se maneja bien con la cámara, sin grandes aspavientos y tanto el director de fotografía Fernando Cobo como el compositor José Ezpeita, ayudan a crear ese tono entre realista y documental de algunas historias. Curiosamente los mejores momentos son los “realmente” de terror como la llegada al castillo de Meinen o la tormenta eléctrica, una pena que D’Arbó se haya contenido para no tener mayores secuencias de este estilo.

Interpretativamente, destacan los actores con mayor recorrido como Narciso Ibáñez Menta cuya mirada oculta grandes secretos, Ramiro Oliveros interpretando al parapsicólogo en busca respuestas o el gran Emilio Gutiérrez Caba cuya historia, siendo sencilla, da escalofríos.

Ignoro por qué Viaje al más allá no tiene más nombre entre las películas del Fantaterror hispánico, espero que esta review ayude a que los espectadores la descubran.

https://www.terrorweekend.com/2021/10/viaje-al-mas-alla-review.html

Catalogada como engendro del cine español, pedante, etc, debo confesar que me ha echo pasar el rato y al final incluso me ha parecido bastante entretenida, aunque mediocre.
Sí que es verdad que tiene algunos diálogos, más que diálogos disertaciones, explicaciones a cerca de lo parapisológico, a cargo del personaje interpretado por, sobre todo, Ramiro Oliveros, y el gran Narciso Ibáñez Menta, que son chistosos al meter con calzador palabros técnicos para epatar al espectador. Que si fantasmología, que si...en fin, así varias veces, llegando a ser incluso ridículos dichos momentos.
Pero en líneas generales se puede ver, si se entra en la historia, mejor dicho, historias, a modo de narraciones cortas donde los fenómenos paranormales son la salsa de las historias.
Unas historias como suele suceder, irregulares, con ritmo algo apagado, y unas interpretaciones donde las féminas ganan claramente a los intérpretes masculinos, demasiado encorsetados, varados, como no creyéndose lo que hacen y dicen.
No es nada buena la cinta, pero tampoco un bodrio como he leído por ahí, tan sólo falta de mordiente y de intensidad. Pero su visión creo que no molesta en absoluto.
Buena fotografía de Antonio Cobo, y "estupendo" doblaje por el que no podemos oír las verdaderas voces de algunos intérpretes, caso de, por ejemplo, el gran Emilio Gutiérrez Caba. Algo, en mi opinión, execrable, pero normal sobre todo en aquellos tiempos.

http://filmsencajatonta.blogspot.com.es/